Desde este viernes, el mundo mirará a Brasil. Durante dos semanas, el deporte se concentrará en las calles, recintos y estadios de Río de Janeiro, que albergará los XXXI Juegos Olímpicos, un evento histórico para esta nación y para el subcontinente.
Para que la segunda mayor ciudad de Brasil albergara los Juegos, Río debió vencer a Chicago, Madrid y Tokio en la elección del COI de 2009. La nominación hizo que Sudamérica fuera la sede por primera vez de la cita deportiva más grande del planeta.
Pero no ha sido fácil. Río ha sufrido duras críticas y el entorno sociopolítico que cruza Brasil no es el mejor. La clase dirigente de ese país debe poner su mejor cara al mundo mientras trata de controlar las cada vez más frecuentes revueltas sociales que se vienen dando desde hace tiempo y que se agudizaron desde la Copa Confederaciones 2013, antesala a la Copa del Mundo del año siguiente.
La organización tampoco se ha escapado de esto. Los problemas para descontaminar la bahía de Guanabara, los retrasos en los trabajos de los recintos y las críticas a la recientemente entregada Villa Olímpica aumentan las apuestas contra Río.
Para colmo, Brasil debe lidiar con las enfermedades y el virus zika ha generado temor en distintos deportistas de elite, que han preferido perderse la cita para no contagiarse, destacando muchos golfistas entre ellos.
Sin embargo, la Ciudad Maravillosa, como la conocen sus habitantes, tiene en sus manos la forma de revertir los malos pronósticos y las dudas que hay en el ambiente.
Hay grandes ausentes, como Roger Federer, Jason Day, Stephen Curry y LeBron James, que no irán por diversos temas. Pero el atletismo ruso será la gran pérdida. Yelena Isinbayeva será añorada, mientras que otros deportistas de ese país tampoco estarán por los escándalos de dopaje que afectan a esa nación.
Entre los que sí estarán, hay varios a tener en cuenta. Usain Bolt quiere más oros, al igual que Michael Phelps y Katie Ledecky, mientras que Kevin Durant llevará el peso del Dream Team del básquetbol estadounidense. A ellos se suman varias historias a seguir. Por ejemplo, la holandesa Dafne Schippers tratará de destronar a las veloces jamaicanas en los 100 y 200 metros planos, Neymar intentará conseguir el único título que le falta a la Verdeamarelha y el local Robert Scheidt va para convertirse en el más laureado del olimpismo brasileño.
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