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Friday, November 2, 2018

Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica: “Los abortos por tercera causal han sido la mitad de lo que se había planteado”


El Hospital Clínico de la Universidad Católica, en calle Marcoleta, es el principal centro de salud de la institución.

A poco más de un año de la entrada en régimen de la ley de despenalización del aborto, uno de sus más fuertes opositores plantea que se requiere, al menos, dos años más para evaluar el impacto de la nueva norma.


Tras la publicación en el Diario Oficial del reglamento que establece los límites de la aplicación del derecho a objeción de conciencia, en el marco de la ley de despenalización del aborto, las miradas apuntaron a la Universidad Católica como la gran vencedora. La UC cuestionó el pronunciamiento de la Contraloría que estableció que aquellas instituciones de salud que mantuvieran convenios con el Estado, en materia de prestaciones ginecobstetras, no podían invocar la objeción institucional, lo que ponía en riesgo la situación de la red de consultorios Ancora, que el plantel académico mantiene en la zona sur de Santiago. Esta semana el documento definitivo abrió una ventana legal que dejó a la UC fuera de riesgo, al incorporar la diferencia entre prestaciones ambulatorias y de pabellón, siendo solo en esta última donde la objeción es inaplicable.
¿Qué grado de participación tuvieron en este cambio de criterio?
Tanto al gobierno como a la Contraloría, les enviamos documentos que hacían ver nuestro punto. Uno de nuestros argumentos apuntó que estos procedimientos no se hacían de manera ambulatoria y, por lo tanto, si se quería acotar el radio de acción, tenía que explicitarse que se requerían pabellones, porque a nadie se le realiza un aborto de manera ambulatoria y después se va para la casa, sino que tiene que ser en un lugar especial, en pabellón, y se tiene que observar por algunas horas o días dependiendo de cada paciente.
¿Con la inclusión de la palabra “pabellón” en el reglamento se acabaron sus problemas?
Claro, la palabra pabellón le pone el nivel de complejidad. Desde el punto de vista médico, uno podría decir también centro de atención secundaria o terciaria, pero eso se confunde en la comunidad. Cuando uno habla de pabellón ya está queriendo decir que hay una cama de recuperación y, por lo tanto, eso ya no es un centro de atención primaria, sino que estamos hablando de un hospital.
Hay 15 días para que formalicen los casos de objeción institucional y también de los médicos, ¿cómo van a proceder ustedes en esa materia?
Bueno, todos nuestros médicos tenían presentado la objeción personal y nosotros, de hecho, en todo este devenir de cambios, enviamos nuestra carta de objeción institucional al ministerio.
¿Con eso ya cumplió el procedimiento?
No. Este nuevo reglamento dice que hay que volver a hacer el procedimiento, tanto de todos los profesionales y estamos trabajando en eso. O sea, esperamos que de aquí a los próximos 10 días podamos presentar toda la documentación necesaria.
¿Han tenido que hacer alguna derivación por materia de aborto en todo este tiempo?
No, qué bueno que me lo pregunta, porque según cifras que se han dado a conocer, básicamente estamos terminando un año con cerca de 600 casos. La mitad, por la causal 1 (riesgo materno), de la otra mitad predomina el tema de malformaciones y en menor medida de antecedentes de violación. Lo que puedo decir es que en nuestra universidad, en ningún centro, ni hospitalario ni ambulatorio, nadie ha consultado, ni nadie ha tenido que ser derivado para realizarse un aborto en estas 3 causales.
Justamente los números asociados a la tercera causal, por violación, son números menores a lo que se habían proyectado…
Los abortos por esa casual han sido más o menos la mitad de lo que se había planteado. No sé qué irá a pasar en el segundo año, a lo mejor en un primer año la implementación ha sido más lenta.
¿Se equivocaron quienes veían en la tercera causal una puerta al aborto libre?
Habían algunos elementos fuertes como para hacer esas predicciones. A mí me parecía que estaban dentro del rango esperable. Me gustaría ver y dar una opinión cuando ya pasen unos tres años de la ley en ejercicio, porque, insisto, en los primeros meses hubo bastante duda de la implementación, de los reglamentos, de los protocolos, etc. Creo que ahora que completamos un año y que se cierra este tema con el reglamento, hay otro escenario.
O sea, en dos tres años sería un buen momento para realizar una evaluación de la ley…
Si, en dos o tres años seguimos con los números que tenemos ahora, uno podría decir bueno, fallamos en la estimación como país, porque ahí estábamos todos bastante de acuerdo que eso era la estimación y entonces vamos a poder decir que en realidad esta ley no abrió como se pensó, en algún momento, la puerta para un aborto con otras razones o causales. Creo que es muy precoz decirlo ahora, porque ese riesgo sigue estando presente con la forma de denuncia, con la forma de diagnóstico que se tiene para la tercera causal.
¿Qué tan factible ve hoy que se instale una discusión por aborto libre?
Lo lógico sería que los que apoyaron una despenalización tomaran tres a cinco años de evaluación de esta ley antes de plantear uno amplificador. Eso me parece a mí que, de un punto de vista médico, científico, de criterio, debiera ser, pero no puedo saber yo cuáles son las voluntades que van a ocurrir. ¿Han habido riesgos con estos procedimientos o no?, ¿en la segunda causal han habido errores de diagnósticos o no? Todas esas cosas son de mucha importancia, porque uno de los riesgos es que se falle en el diagnóstico. Si están todos esos temas analizados en mayor profundidad, bueno creo que las personas que estuvieron de acuerdo con la despenalización podrán plantear otros argumentos, pero por ahora, me parece que es un proceso en evolución.

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