Elecciones en Brasil: por qué la mayor democracia de América Latina está en su momento más delicado en décadas
Dom 7 Oct 2018 | 05:34 pm
Brasil llega a esta elección en un clima de confusión y hastío con su élite política. AFP
Brasil elige presidente este domingo en medio de una
creciente polarización política, con un candidato de ultraderecha que
llega como favorito tras una campaña enrarecida y advertencias sobre la
salud de la democracia.
Cuando Brasil
promulgó su actual Constitución en octubre de 1988, el entonces
presidente de la Asamblea Constituyente fue tajante: “Tenemos odio a la
dictadura”, dijo. “Odio y asco”.
Pero 30 años después de aquellas palabras de Ulysses
Guimarães, la democracia consagrada en esa Constitución pasa por un
momento delicado con las elecciones de este domingo.
Las encuestas auguran una segunda vuelta el 28 de este mes entre los dos candidatos más votados.
Pero en el final de la campaña nadie descartaba que, capitalizando el
hastío popular con la corrupción y el crimen, gane sin necesidad de
balotaje el ultraderechista Jair Bolsonaro, que en los sondeos
registraba más de 10 puntos de ventaja sobre su rival más cercano.
Bolsonaro es un excapitán del Ejército que ha expresado nostalgia por
el régimen militar brasileño de 1964 a 1985, elogiado a un coronel
reconocido como torturador por la justicia y que en el pasado abogó por
cerrar el Congreso como hizo Alberto Fujimori en Perú en 1992.
Segundo en las encuestas figuraba Fernando Haddad, exalcalde de São
Paulo y candidato del Partido de los Trabajadores (PT), la fuerza de
izquierda removida del gobierno por el Congreso en 2016 entre escándalos
de sobornos y una dura crisis económica.
El
candidato brasileño de extrema derecha, Jair Bolsonaro, figura como
favorito aunque sus críticos lo acusan de tendencias autoritarias. AFP
Con una creciente polarización entre ambos candidatos, que a su vez
tienen altas tasas de rechazo popular, y el desplome del centro
político, los fantasmas del pasado resurgen en el mayor país de América
Latina.
“Nuestra joven democracia pasa por una prueba difícil”, advierte el
prominente historiador brasileño José Murilo de Carvalho a BBC Mundo.
“La sombra de 1964”
La campaña electoral de Brasil fue atípica por donde se la mire, tal
como ha sido la vida política de este país desde que la presidenta Dilma
Rousseff (PT) fue destituida en un impeachment por manipulación presupuestal hace dos años.
Como telón de fondo estuvo el mayor índice de insatisfacción popular
con la democracia en América Latina, según la encuesta Latinobarómetro
de 2017.
Pero en Brasil las cosas suelen ser aún más complejas de lo que parecen.
El candidato izquierdista Fernando Haddad ha buscado heredar los votos del expresidente Lula da Silva, preso por corrupción. AFP
Una encuesta de Datafolha divulgada el jueves registró el mayor índice de apoyo de los brasileños a la democracia como forma de gobierno desde 1989: 69%, con un aumento de 12 puntos desde junio.
Si este cambio se debe a la incertidumbre y temores que generan los comicios es algo que parece indescifrable por ahora.
Por otro lado, un reciente sondeo de Gallup indicó que apenas 14% de
los brasileños confían en la honestidad de las elecciones, mientras 77%
cree que hay corrupción extendida en el gobierno del presidente Michel
Temer.
El líder del PT y expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que
encabezaba la intención de voto en las encuestas, está preso desde abril
cumpliendo una pena de 12 años por corrupción. Bolsonaro pasó casi todo septiembre en un hospital,
tras ser apuñalado por un individuo que según la policía actuó en
solitario, y estuvo ausente en los últimos debates entre candidatos.
La campaña se enrareció más con el protagonismo que ganaron militares
de varias formas, desde candidaturas de oficiales retirados hasta una
advertencia del comandante del Ejército diciendo tras el ataque a
Bolsonaro que la legitimidad del próximo gobierno podría estar
“cuestionada”.
“Sobre nosotros planea todavía la sombra de 1964 que creíamos que ya
había desaparecido, pero que resurge peligrosamente en declaraciones de
autoridades militares”, sostiene Carvalho, citando el año del golpe de
Estado.
Pese a los abusos cometidos por las Fuerzas Armadas en su país, hay brasileños que piden una intervención militar. GETTY IMAGES
Él y otros observadores creen que una segunda vuelta entre Bolsonaro y
Haddad significaría que el próximo presidente tendrá “la mitad del
país” en contra, lo que puede agravar la crisis.
“Temo mucho un escenario con cualquiera de los dos (electo
presidente). Creo que Bolsonaro tiene claramente una tendencia
autoritaria”, dice Monica de Bolle, directora de estudios
latinoamericanos en la Universidad Johns Hopkins, a BBC Mundo.
“Por otro lado, veo como un riesgo grande un escenario en que, con
Haddad electo, una parte importante del electorado de Bolsonaro se
subleve”, agrega. “Que el país quede ingobernable y alguien tenga la brillante idea de colocar a los militares en la calle para ‘restaurar la ley y el orden'”.
A su juicio, “al menos una parte de la élite brasileña está absolutamente complaciente en relación a estos riesgos”.
¿Otras constitución?
Paradójicamente, las candidaturas de Bolsonaro y Haddad parecen
haberse alimentado mutuamente, cada uno captando votos por el rechazo
que genera el otro.
El candidato de centroizquierda y exministro Ciro Gomes, tercero en
las encuestas, buscó romper la polarización atrayendo simpatizantes de
rivales que le siguen, como el exgobernador de São Paulo Geraldo
Alckmin, pero sus chances lucen remotas.
Haddad puede atraer parte de los votantes de Lula, sobre todo los de
menores ingresos en el noreste del país que añoran las mejoras sociales
que tuvieron con el expresidente, pero como otros partidos, el PT tiene
el lastre de casos de corrupción recientes.
. Ciro Gomes, candidato de centroizquierda, es uno de los que busca romper la polarización entre Bolsonaro y Haddad. AFP
Pese a ser diputado desde 1991, Bolsonaro ha buscado distanciarse de
la clase política con promesas atípicas de designar a militares como
ministros o responder con mano dura a la delincuencia facilitando el uso
de armas de fuego.
Su apoyo aumenta entre los brasileños blancos o de mayor renta y
escolaridad, así como entre los hombres y evangélicos. También ha sido
respaldado por empresarios o inversores que temen el regreso del PT al
gobierno.
Las posiciones extremas de Bolsonaro ante mujeres y homosexuales
generaron protestas masivas en varias de ciudades de Brasil el sábado
29, pero el candidato ha afianzado desde entonces su liderazgo en las
encuestas. La candidatura de Bolsonaro desató protestas de mujeres en diversas ciudades de Brasil. GETTY IMAGES
Bolsonaro causó otra polémica al decir que no aceptaría un resultado
diferente que su elección, sugiriendo que el PT podría intentar un
“fraude electoral” y luego se desdijo a medias.
Su candidato a vicepresidente, el general retirado Hamilton Mourão,
planteó el año pasado la posibilidad de una intervención militar en el
país y recientemente habló de convocar una comisión de “notables” que
reescriba la Constitución.
Haddad también ha propuesto reformar la Constitución, aunque mediante otra Asamblea Constituyente, para hacerla más “moderna”.
Ante estas ideas, el ministro del Supremo Tribunal Federal brasileño
Marco Aurélio Mello dijo a BBC Brasil que lo que se precisan son
“hombres públicos que observen el orden jurídico constitucional”
vigente. Los
seguidores del candidato ultraderechista Jair Bolsonaro están
esperanzados con su posible victoria electoral de este domingo. AFP
Marcus Melo, profesor de ciencia política en la Universidad Federal
de Pernambuco, destaca que Brasil ha mantenido su estabilidad
institucional pese al impacto de su peor recesión económica en décadas y
la enorme corrupción expuesta por la justicia, que condenó a varios
poderosos.
Melo descarta que el país enfrente un riesgo inminente de quiebre de
su democracia, pero coincide con la noción de que el país vive en estas
elecciones su momento más delicado en los últimos 30 años.
“Caminar hacia esta situación”, dice Melo a BBC Mundo, “es un retroceso en la democracia brasileña absolutamente lamentable”.
. Ciro Gomes, candidato de centroizquierda, es uno de los que busca romper la polarización entre Bolsonaro y Haddad. AFP
Pese a ser diputado desde 1991, Bolsonaro ha buscado distanciarse de
la clase política con promesas atípicas de designar a militares como
ministros o responder con mano dura a la delincuencia facilitando el uso
de armas de fuego.
Su apoyo aumenta entre los brasileños blancos o de mayor renta y
escolaridad, así como entre los hombres y evangélicos. También ha sido
respaldado por empresarios o inversores que temen el regreso del PT al
gobierno.
Las posiciones extremas de Bolsonaro ante mujeres y homosexuales
generaron protestas masivas en varias de ciudades de Brasil el sábado
29, pero el candidato ha afianzado desde entonces su liderazgo en las
encuestas. La candidatura de Bolsonaro desató protestas de mujeres en diversas ciudades de Brasil. GETTY IMAGES
Bolsonaro causó otra polémica al decir que no aceptaría un resultado
diferente que su elección, sugiriendo que el PT podría intentar un
“fraude electoral” y luego se desdijo a medias.
Su candidato a vicepresidente, el general retirado Hamilton Mourão,
planteó el año pasado la posibilidad de una intervención militar en el
país y recientemente habló de convocar una comisión de “notables” que
reescriba la Constitución.
Haddad también ha propuesto reformar la Constitución, aunque mediante otra Asamblea Constituyente, para hacerla más “moderna”.
Ante estas ideas, el ministro del Supremo Tribunal Federal brasileño
Marco Aurélio Mello dijo a BBC Brasil que lo que se precisan son
“hombres públicos que observen el orden jurídico constitucional”
vigente. Los
seguidores del candidato ultraderechista Jair Bolsonaro están
esperanzados con su posible victoria electoral de este domingo. AFP
Marcus Melo, profesor de ciencia política en la Universidad Federal
de Pernambuco, destaca que Brasil ha mantenido su estabilidad
institucional pese al impacto de su peor recesión económica en décadas y
la enorme corrupción expuesta por la justicia, que condenó a varios
poderosos.
Melo descarta que el país enfrente un riesgo inminente de quiebre de
su democracia, pero coincide con la noción de que el país vive en estas
elecciones su momento más delicado en los últimos 30 años.
“Caminar hacia esta situación”, dice Melo a BBC Mundo, “es un retroceso en la democracia brasileña absolutamente lamentable”.
President & CEO, Caminchi Bridge Corporation. Worked with Multimedia Nova as Editor-in-Chief, Publisher and GM. TV, Film & Music Producer. Academic Director for worldwide Cyberclassroomtv.com Global Online/Distance Education, and Open Learning project
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