Yoreli Rincón fue fundamental en los Juegos Bolivarianos, al marcar cuatro goles y convertirse en la mejor del certamen.
(Foto: Tomada de internet / VANGUARDIA LIBERAL)
La futbolista santandereana Yoreli Rincón se ha convertido en la principal carta del balompié femenino colombiano. Con 20 años tiene la experiencia de una veterana y para muchos es considerada como la reemplazante de la brasileña Marta, que actualmente es la mejor del mundo.
Quería salir corriendo, quería abrazarse con sus compañeras y quería gritar “somos campeonas hijue…”, pero quedó inmóvil. Arrodillada y con la frente en el verde césped del estadio del Colegio San José de Chiclayo, Perú, no pudo contener el llanto. De repente, su vida pasó en un ‘flashback’ que trajo la secuencia de su carrera futbolística.
Aunque nació en Bucaramanga y se crió en Piedecuesta, su vida y su lucha la esperaron por fuera de las fronteras de Santander.
Aprendió a caminar detrás de un balón de fútbol y tuvo que batallar contra todo y contra todos para ser la precursora del balompié femenino colombiano.
La cabeza levantada, la mirada puesta en la mejor opción, una pegada contundente y una personalidad arrasadora, que la llevó a superar las patadas propias de su condición humilde, fueron las armas que empleó Yoreli Rincón Torres para ganarse un lugar en una disciplina que estaba reservada para los hombres.
Hace ocho días, en suelo ‘inca’, la dueña de una derecha mágica aportó todo su talento para que la selección Colombia sub 20 se proclamara campeona de los Juegos Bolivarianos de Perú.
De esta gesta, de su primer año en el fútbol europeo y de su continua pelea para romper paradigmas, la ‘10’ de la tricolor dialogó con Vanguardia Liberal.
PREGUNTA - RESPUESTA
SIEMPRE DETRÁS DE LA 'PECOSA'
¿Es verdad que aprendió a caminar persiguiendo un balón de fútbol?
“Mi hermano (Daniel Rincón) fue el que me enseñó. Él me ponía el pañal de tela en la cintura y me tiraba el balón, entonces yo me iba detrás de la pelota”.
Pero en sus inicios no era bien visto que las mujeres jugaran fútbol...
“Fue complicado, porque siempre estaban los que me decían ‘hombre’ y ‘marimacha’. También las niñas no me querían porque decían que jugaba un deporte de hombres”.
¿El primer obstáculo lo tuvo en casa?
“El único al que no le ha gustado nunca el fútbol en mi casa es a mi papá, entonces él odiaba que yo me pusiera pantalonetas y zapatillas y me pusiera a jugar. Él, que tenía fábrica de balones, cogía el cuchillo y me reventaba las pelotas”.
¿Por qué no vistió los colores de la selección Santander?
“Yo jugaba en el club Nantes e hicimos un partido amistoso contra la selección Santander femenina y la respuesta fue que yo no servía para el fútbol, que me olvidara de eso y que nunca iba a surgir”.
¿Cómo superó esa situación?
“Fue una frustración bastante grande para mí, pero Víctor Hugo González, mi entrenador desde niña, siempre me respaldó e hizo el contacto para irme a jugar a Ibagué, con apenas 12 años”.
¿Cómo hace una niña de 12 años para irse a vivir sola y lejos de casa?
“Para mí no fue tan duro porque era una niña. Yo no sabía el peligro que podía correr una niña de 12 años sola en Ibagué. El tema era la falta que me podía hacer mi mamá, mis hermanos y mis amigos. Mi papá me dijo que me iba a dar plazo de tres días y que yo volvía, pero van ocho años y sigo afuera”.
¿Qué pasó cuando vieron su éxito en la selección Santander?
“Precisamente, en mi primer Torneo Nacional con Tolima, la semifinal fue con Santander. Ganamos 2-1 y yo hice el gol de ganar a pocos minutos de terminar el partido. La entrenadora rival se me acercó, al término del partido, y me propuso que regresara, pero yo le dije que no, porque a mí ya me habían abierto las puertas en Ibagué y ella me las había cerrado en Santander”.
¿Se acostumbró a superar las adversidades?
“No me ha tocado nada fácil, he sabido lo que son las verdes y las maduras. Siempre he tenido problemas y muchas dificultades, entonces por eso me da mucha rabia cuando me encuentro a niñas y a niños que me dicen que no han llegado lejos porque no los han apoyado, eso para mí es un pensamiento muy pobre porque uno para ser alguien no necesita el apoyo. Todo está en el corazón y la fuerza de voluntad”.
LA 'TRICOLOR' LA TIENE TATUADA
¿Qué significa jugar en la selección Colombia desde los 14 años y participar en tres mundiales y unos Juegos Olímpicos?
“La selección te genera mucho más. Te da compromiso y responsabilidad ante un país. Sentirte importante para el país es muy bonito, me gusta sentir la responsabilidad”.
¿Qué objetivos se trazó con la selección en los próximos años?
“Estoy pensando en la Copa América. Nos jugamos todo. Un torneo para tres clasificaciones, si nos va mal tendríamos que esperar cuatro años más porque es clasificatorio al Mundial, a los Panamericanos y a los Olímpicos”.
¿Cómo ve el grupo actual?
Ya eso lo manejará el profesor Felipe Taborda. Él no ha estado con selección absoluta y será un reto para él, porque tendrá que escoger el grupo. Tiene que mirar cómo viene el proceso de mayores y qué le puede servir del proceso sub 20 que venía manejando”.
¿Qué tuvo de particular el reciente título en los Juegos Bolivarianos?
“Alguien de la Federación me dijo que era un título que me faltaba y me hizo despertar, porque realmente me hacía falta. Gracias a Dios he ganado mucho, pero necesitaba algo que ayudara al país como tal, no solo fútbol, eran otras disciplinas y se siente bien”.
¿Qué opinión tiene de su paisana Manuela González, que también integró esa selección?
“Es una niña muy sensible y algo loca, en el buen sentido de la palabra, y por eso tocaba aplanarla muchas veces. Me preguntaba mucho y me pedía consejos, pero tiene una definición impecable”.
Además de Manuela, hace poco Andrea Rodríguez, también santandereana, hizo parte del Suramericano sub 17 y clasificó al Mundial. Siente suyos esos logros, teniendo en cuenta que usted abrió las puertas de Santander en el balompié nacional y mundial.
“Es muy bonito porque se nota que se ha crecido y también se nota que muchas veces quienes crecen son los futbolistas, pero el apoyo no crece. La Liga no dice vea están creciendo, vamos a apoyarlas más. Igual pasa con la empresa privada. Ellos quieren que les demos resultados, pero nosotras necesitamos que nos apoyen para lograrlos”.
¿Qué cambios le haría a la selección masculina?
“Son los héroes de todo un país. Si juega mañana no la cambio, en siete meses puede cambiar porque el fútbol es de rendimiento”.
FUTBOLISTA PROFESIONAL
¿Cómo fue la experiencia de actuar un año en Brasil con el equipo Piracicaba?
“Aprendí muchísimo, es el fútbol más avanzado de Suramérica. Fue un paso importante porque me dio la madurez que necesitaba para llegar a Europa. Conseguí dos títulos y un tercer puesto”.
¿Cómo hizo para adaptarse a un país como Suecia y al fútbol europeo?
“Los primeros meses fueron complicados. A mí me hablaban en sueco y me traducían en inglés. Todo el tiempo les decía ‘yes’ a mis compañeras y ellas se burlaban. No entendía las cosas más elementales, pero ellas me ayudaron a adaptarme”.
Y CON LAS INDICACIONES DEL ENTRENADOR
“En ese momento no le ponía cuidado a las charlas, lo miraba a los ojos, pero no entendía nada. Lo cierto es que cuando mejoré en el idioma se me empezaron a facilitar las cosas, porque también impuse mi esencia como futbolista”.
¿Considera que la ‘Champions’ es el torneo más relevante del fútbol femenino?
“Es impresionante, muy bonito. Es el nivel más alto, no puedes tener errores, porque los pagas caro”.
¿Su futuro continúa con el Malmo de Suecia la próxima temporada?
“Eso lo está manejando mi empresario. Hay cosas que quería cambiar, cosas que me agradaban y cosas que no. Mi empresario ya empezó el acuerdo, todo va muy bien y sería esperar”.
UNA PARED CON YORELI
¿Cuál es el principal sueño de Yoreli?
“Quiero llegar a una final del mundo”.
¿Un gol?
“El que le marqué a Suecia en el Mundial”.
¿Un amigo?
“Paola Sánchez. Excelente compañera en la selección y por fuera es una hermana”.
¿Un jugador?
“Cristiano Ronaldo, pero admiro mucho a Mesut Özil, porque creo que es el mejor ‘10’”.
¿Un entrenador?
Víctor Hugo. Él es el único entrenador que se preocupa en profesionalizar a los niños como personas, cuando crecen como personas se convierten en geniales deportistas”.
¿De cuál equipo es hincha?
“Del América, hay que estar en las buenas y en las malas”.
¿Un pasatiempo?
“Amo leer de forma obsesiva”.
¿Qué música le agrada?
“Me agrada Coldplay, Silvestre Dangond, J Balvin y también Justin Bieber”.
¿Un día que no se olvida?
“Fue muy especial ganar la medalla de oro en los pasados Juegos Bolivarianos”.
¿Un día que desearía borrar?
“Muchos días en los Juegos Olímpicos de Londres, fueron los días más difíciles y me afectaron mucho como profesional. Una frustración personal, siempre quieres jugar”.
¿Un consejo para quienes quieren seguir sus pasos?
“Que jueguen, que sean felices porque cuando son felices se olvidan de todo. No importa que no exista apoyo. Si se quedan esperando nunca habrá el suficiente apoyo en nuestro país. Es luchar por el sueño, que en algún momento se conseguirá”.
Aunque nació en Bucaramanga y se crió en Piedecuesta, su vida y su lucha la esperaron por fuera de las fronteras de Santander.
Aprendió a caminar detrás de un balón de fútbol y tuvo que batallar contra todo y contra todos para ser la precursora del balompié femenino colombiano.
La cabeza levantada, la mirada puesta en la mejor opción, una pegada contundente y una personalidad arrasadora, que la llevó a superar las patadas propias de su condición humilde, fueron las armas que empleó Yoreli Rincón Torres para ganarse un lugar en una disciplina que estaba reservada para los hombres.
Hace ocho días, en suelo ‘inca’, la dueña de una derecha mágica aportó todo su talento para que la selección Colombia sub 20 se proclamara campeona de los Juegos Bolivarianos de Perú.
De esta gesta, de su primer año en el fútbol europeo y de su continua pelea para romper paradigmas, la ‘10’ de la tricolor dialogó con Vanguardia Liberal.
PREGUNTA - RESPUESTA
SIEMPRE DETRÁS DE LA 'PECOSA'
¿Es verdad que aprendió a caminar persiguiendo un balón de fútbol?
“Mi hermano (Daniel Rincón) fue el que me enseñó. Él me ponía el pañal de tela en la cintura y me tiraba el balón, entonces yo me iba detrás de la pelota”.
Pero en sus inicios no era bien visto que las mujeres jugaran fútbol...
“Fue complicado, porque siempre estaban los que me decían ‘hombre’ y ‘marimacha’. También las niñas no me querían porque decían que jugaba un deporte de hombres”.
¿El primer obstáculo lo tuvo en casa?
“El único al que no le ha gustado nunca el fútbol en mi casa es a mi papá, entonces él odiaba que yo me pusiera pantalonetas y zapatillas y me pusiera a jugar. Él, que tenía fábrica de balones, cogía el cuchillo y me reventaba las pelotas”.
¿Por qué no vistió los colores de la selección Santander?
“Yo jugaba en el club Nantes e hicimos un partido amistoso contra la selección Santander femenina y la respuesta fue que yo no servía para el fútbol, que me olvidara de eso y que nunca iba a surgir”.
¿Cómo superó esa situación?
“Fue una frustración bastante grande para mí, pero Víctor Hugo González, mi entrenador desde niña, siempre me respaldó e hizo el contacto para irme a jugar a Ibagué, con apenas 12 años”.
¿Cómo hace una niña de 12 años para irse a vivir sola y lejos de casa?
“Para mí no fue tan duro porque era una niña. Yo no sabía el peligro que podía correr una niña de 12 años sola en Ibagué. El tema era la falta que me podía hacer mi mamá, mis hermanos y mis amigos. Mi papá me dijo que me iba a dar plazo de tres días y que yo volvía, pero van ocho años y sigo afuera”.
¿Qué pasó cuando vieron su éxito en la selección Santander?
“Precisamente, en mi primer Torneo Nacional con Tolima, la semifinal fue con Santander. Ganamos 2-1 y yo hice el gol de ganar a pocos minutos de terminar el partido. La entrenadora rival se me acercó, al término del partido, y me propuso que regresara, pero yo le dije que no, porque a mí ya me habían abierto las puertas en Ibagué y ella me las había cerrado en Santander”.
¿Se acostumbró a superar las adversidades?
“No me ha tocado nada fácil, he sabido lo que son las verdes y las maduras. Siempre he tenido problemas y muchas dificultades, entonces por eso me da mucha rabia cuando me encuentro a niñas y a niños que me dicen que no han llegado lejos porque no los han apoyado, eso para mí es un pensamiento muy pobre porque uno para ser alguien no necesita el apoyo. Todo está en el corazón y la fuerza de voluntad”.
LA 'TRICOLOR' LA TIENE TATUADA
¿Qué significa jugar en la selección Colombia desde los 14 años y participar en tres mundiales y unos Juegos Olímpicos?
“La selección te genera mucho más. Te da compromiso y responsabilidad ante un país. Sentirte importante para el país es muy bonito, me gusta sentir la responsabilidad”.
¿Qué objetivos se trazó con la selección en los próximos años?
“Estoy pensando en la Copa América. Nos jugamos todo. Un torneo para tres clasificaciones, si nos va mal tendríamos que esperar cuatro años más porque es clasificatorio al Mundial, a los Panamericanos y a los Olímpicos”.
¿Cómo ve el grupo actual?
Ya eso lo manejará el profesor Felipe Taborda. Él no ha estado con selección absoluta y será un reto para él, porque tendrá que escoger el grupo. Tiene que mirar cómo viene el proceso de mayores y qué le puede servir del proceso sub 20 que venía manejando”.
¿Qué tuvo de particular el reciente título en los Juegos Bolivarianos?
“Alguien de la Federación me dijo que era un título que me faltaba y me hizo despertar, porque realmente me hacía falta. Gracias a Dios he ganado mucho, pero necesitaba algo que ayudara al país como tal, no solo fútbol, eran otras disciplinas y se siente bien”.
¿Qué opinión tiene de su paisana Manuela González, que también integró esa selección?
“Es una niña muy sensible y algo loca, en el buen sentido de la palabra, y por eso tocaba aplanarla muchas veces. Me preguntaba mucho y me pedía consejos, pero tiene una definición impecable”.
Además de Manuela, hace poco Andrea Rodríguez, también santandereana, hizo parte del Suramericano sub 17 y clasificó al Mundial. Siente suyos esos logros, teniendo en cuenta que usted abrió las puertas de Santander en el balompié nacional y mundial.
“Es muy bonito porque se nota que se ha crecido y también se nota que muchas veces quienes crecen son los futbolistas, pero el apoyo no crece. La Liga no dice vea están creciendo, vamos a apoyarlas más. Igual pasa con la empresa privada. Ellos quieren que les demos resultados, pero nosotras necesitamos que nos apoyen para lograrlos”.
¿Qué cambios le haría a la selección masculina?
“Son los héroes de todo un país. Si juega mañana no la cambio, en siete meses puede cambiar porque el fútbol es de rendimiento”.
FUTBOLISTA PROFESIONAL
¿Cómo fue la experiencia de actuar un año en Brasil con el equipo Piracicaba?
“Aprendí muchísimo, es el fútbol más avanzado de Suramérica. Fue un paso importante porque me dio la madurez que necesitaba para llegar a Europa. Conseguí dos títulos y un tercer puesto”.
¿Cómo hizo para adaptarse a un país como Suecia y al fútbol europeo?
“Los primeros meses fueron complicados. A mí me hablaban en sueco y me traducían en inglés. Todo el tiempo les decía ‘yes’ a mis compañeras y ellas se burlaban. No entendía las cosas más elementales, pero ellas me ayudaron a adaptarme”.
Y CON LAS INDICACIONES DEL ENTRENADOR
“En ese momento no le ponía cuidado a las charlas, lo miraba a los ojos, pero no entendía nada. Lo cierto es que cuando mejoré en el idioma se me empezaron a facilitar las cosas, porque también impuse mi esencia como futbolista”.
¿Considera que la ‘Champions’ es el torneo más relevante del fútbol femenino?
“Es impresionante, muy bonito. Es el nivel más alto, no puedes tener errores, porque los pagas caro”.
¿Su futuro continúa con el Malmo de Suecia la próxima temporada?
“Eso lo está manejando mi empresario. Hay cosas que quería cambiar, cosas que me agradaban y cosas que no. Mi empresario ya empezó el acuerdo, todo va muy bien y sería esperar”.
UNA PARED CON YORELI
¿Cuál es el principal sueño de Yoreli?
“Quiero llegar a una final del mundo”.
¿Un gol?
“El que le marqué a Suecia en el Mundial”.
¿Un amigo?
“Paola Sánchez. Excelente compañera en la selección y por fuera es una hermana”.
¿Un jugador?
“Cristiano Ronaldo, pero admiro mucho a Mesut Özil, porque creo que es el mejor ‘10’”.
¿Un entrenador?
Víctor Hugo. Él es el único entrenador que se preocupa en profesionalizar a los niños como personas, cuando crecen como personas se convierten en geniales deportistas”.
¿De cuál equipo es hincha?
“Del América, hay que estar en las buenas y en las malas”.
¿Un pasatiempo?
“Amo leer de forma obsesiva”.
¿Qué música le agrada?
“Me agrada Coldplay, Silvestre Dangond, J Balvin y también Justin Bieber”.
¿Un día que no se olvida?
“Fue muy especial ganar la medalla de oro en los pasados Juegos Bolivarianos”.
¿Un día que desearía borrar?
“Muchos días en los Juegos Olímpicos de Londres, fueron los días más difíciles y me afectaron mucho como profesional. Una frustración personal, siempre quieres jugar”.
¿Un consejo para quienes quieren seguir sus pasos?
“Que jueguen, que sean felices porque cuando son felices se olvidan de todo. No importa que no exista apoyo. Si se quedan esperando nunca habrá el suficiente apoyo en nuestro país. Es luchar por el sueño, que en algún momento se conseguirá”.
Publicada por
NÉSTOR GONZÁLEZ ÁLVAREZ
Santandereana Nathalia Rodríguez, de recogebolas a capitana de la Selección
Santandereana Nathalia Rodríguez, de recogebolas a capitana de la Selección
(Foto: Colprensa/VANGUARDIA LIBERAL)
La Selección Colombia de Fútbol Sub17 en la rama femenina logró el tiquete para la Copa Mundo de la Fifa de la categoría que será el próximo año en Costa Rica, y una de sus figuras es la santandereana Andrea Nathalia Rodríguez, capitana y líder del medio campo nacional.
El seleccionador nacional, Felipe Taborda, le entregó la confianza a Nathalia para portar el brazalete de capitana de la Tricolor, un sueño que la santandereana tenía desde que vio a su referente y paisana llevarlo en la categoría Sub20 y en mayores, Yoreli Rincón.
Y es que Nathalia cuenta una historia particular, pues fue recogebolas en el Suramericano Sub20 de Bucaramanga en 2010, cuando la 10 y capitana era Yoreli, y ahora, tres años después, cumplió la meta de ser la capitana de la Selección Colombia Sub17 que jugará el Mundial de Costa Rica. Por eso y su destacada labor, Colprensa dialogó con la santandereana.
- ¿Qué significa clasificar al Mundial de Costa Rica?
Es un reto muy grande, ya que es un objetivo que queríamos lograr y gracias a Dios lo alcanzamos y ahora el objetivo será más grande en el Mundial.
- ¿Por qué decidiste dedicarte al fútbol?
Desde pequeñita me ha gustado. Gracias a mi hermano que fue quien me proyectó a este sueño, así como mi familia y amigos, y le agradezco al profe Felipe Taborda, quien me dio la oportunidad de estar en la Selección.
- ¿Cómo nace ese deseo de estar en la Selección Colombia?
Desde que empecé a jugar, mi sueño era poder estar en una Selección, algo que creció más hace unos años en un Suramericano en Santander, donde tuve la oportunidad de ser recogebolas de la Selección Colombia y gracias a Dios hoy estoy vestida de tricolor en la Selección.
- ¿Cuáles son sus características como futbolista?
Soy volante de recuperación y mis características son no dejar pasar el balón, ni la jugadora.
- ¿Qué significa ser la capitana de la Selección?
Es una responsabilidad muy grande, porque soy la representante de mi grupo y me da la obligación de dejarlo todo en la cancha.
- ¿Qué representa ser la única santandereana en esta Selección?
Es un orgullo muy grande, porque Yoreli también es santandereana, fue capitana y figura, y era una meta que yo tenía y la pude cumplir.
- ¿Cuál es su sueño en el fútbol?
Quiero llegar a jugar fútbol profesional y seguir los pasos de Yoreli Rincón, porque ella ha cumplido lo que yo quiero llegar a hacer.
Y es que Nathalia cuenta una historia particular, pues fue recogebolas en el Suramericano Sub20 de Bucaramanga en 2010, cuando la 10 y capitana era Yoreli, y ahora, tres años después, cumplió la meta de ser la capitana de la Selección Colombia Sub17 que jugará el Mundial de Costa Rica. Por eso y su destacada labor, Colprensa dialogó con la santandereana.
- ¿Qué significa clasificar al Mundial de Costa Rica?
Es un reto muy grande, ya que es un objetivo que queríamos lograr y gracias a Dios lo alcanzamos y ahora el objetivo será más grande en el Mundial.
- ¿Por qué decidiste dedicarte al fútbol?
Desde pequeñita me ha gustado. Gracias a mi hermano que fue quien me proyectó a este sueño, así como mi familia y amigos, y le agradezco al profe Felipe Taborda, quien me dio la oportunidad de estar en la Selección.
- ¿Cómo nace ese deseo de estar en la Selección Colombia?
Desde que empecé a jugar, mi sueño era poder estar en una Selección, algo que creció más hace unos años en un Suramericano en Santander, donde tuve la oportunidad de ser recogebolas de la Selección Colombia y gracias a Dios hoy estoy vestida de tricolor en la Selección.
- ¿Cuáles son sus características como futbolista?
Soy volante de recuperación y mis características son no dejar pasar el balón, ni la jugadora.
- ¿Qué significa ser la capitana de la Selección?
Es una responsabilidad muy grande, porque soy la representante de mi grupo y me da la obligación de dejarlo todo en la cancha.
- ¿Qué representa ser la única santandereana en esta Selección?
Es un orgullo muy grande, porque Yoreli también es santandereana, fue capitana y figura, y era una meta que yo tenía y la pude cumplir.
- ¿Cuál es su sueño en el fútbol?
Quiero llegar a jugar fútbol profesional y seguir los pasos de Yoreli Rincón, porque ella ha cumplido lo que yo quiero llegar a hacer.
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