La selección chilena rescata un valioso empate en Colombia. Un 0-0 muy trabajado, en el que los pupilos de Pizzi se sobrepusieron a la presión del rival, el calor, la humedad y a los problemas físicos de jugadores claves.
FICHA DEL PARTIDO
Colombia 0: D. Ospina 5; S. Arias 4, Y. Mina 5 (81’ M. Torres 4), O. Murillo 5, F. Díaz 4; C. Sánchez 4 , A. Aguilar 4; O. Berrío 3 (62’, L. Muriel 4), J. Rodríguez 3, E. Cardona 4; M. Borja 4 (46’, R. Falcao 3). DT: N. Pekerman 4.
Chile 0: C. Bravo 6 (63’, J. Herrera 6); M. Isla 5, E. Roco 5, G. Jara 5, E. Mena 6; C. Aránguiz 5 (73’, F. Gutiérrez 4), M. Díaz 5, A. Vidal 5 (91’, P. Hernández 4); J.P. Fuenzalida 6, E. Vargas 4, J. Beausejour 4. DT: J. A. Pizzi 5.
Árbitro: W. Pereira (BRA) 4. Amonestó a Sánchez y Murillo (COL); Aránguiz y Roco (CHI).
Estadio Metropolitano, Barranquilla. Asistieron 45 mil personas, aprox.
¿Partido feo? Sí. ¿De la vieja escuela? También. La tabla de posiciones, sin embargo, no mide arte ni buenas intenciones, sino los puntos. Y ahí, donde vale, la Selección saca cuentas alegres de un duelo que no era para cualquier jugador. La Roja quería sumar y lo consiguió dejando el corazón en la cancha. Sin lujos, sin adornos, pero con inteligencia. Un valioso 0-0 ante Colombia en Barranquilla, una caldera que atenta contra el fútbol bien jugado.
Chile salió a pelear la pelota. A ganar el mediocampo, a dominar. Le funcionó durante los primeros 25 minutos, en los que el dueño de casa prácticamente no se asomó por el arco de Bravo. Un derechazo de Vidal pasó muy cerca del poste, pudo ser el primero. Un tiro para la ilusión. A diferencia de las dos salidas anteriores, Chile se paraba bien en el campo.
Lo cierto es que la idea de Pizzi, la de poblar el mediocampo y reforzar las bandas, funcionaba. Es cierto también que Eduardo Vargas quedaba aislado arriba, pero Vidal y Aránguiz (más el apoyo de Fuenzalida por la derecha) también generaba presencia nacional en el área de David Ospina.
Pintaba bien la cosa, hasta que el árbitro paró el juego a los 26’, para que los jugadores tomaran aire y mucho líquido en el infierno de Barranquilla. Se reanudó el juego y los papeles se invirtieron. Colombia empezó a dominar y el Equipo de Todos se replegó más de la cuenta. La soledad de Vargas se acentuó y Chile sólo se dedicó a aguantar en campo propio. Sin que la presión cafetera fuese asfixiante, el nerviosimo se apoderó por momentos de la zaga criolla, que reventó más de alguna pelota, a ciegas, como prueba del asedio rival.
Bravo apareció con brillantez en dos pelotas detenidas. Contuvo un cabezazo a quemarropa de Óscar Murillo y después, en los descuentos, le sacó un remate bajo a Miguel Borja. El capitán salvó el cero.
En el complemento, Colombia mantuvo su propiedad del juego. Sin embargo, la selección chilena no sufrió. Eso sí, renunció a la estética y se inclinó por lo pragmático, un poco por la presión del adversario y también por la exigencia del clima. El calor y la humedad, realmente inhumanas, golpean a cualquiera que no esté acostumbrado.
La situación más complicada, de hecho, se produjo por la lesión de Bravo, quien sacó la peor parte de un choque con Santiago Arias. El portero intentó seguir, pero a los 63 se tendió en el suelo y pidió cambio, con un fuerte golpe en la cadera. Johnny Herrera lo reemplazó y recién tuvo su primera tapada a los 90’.
Uno a uno fueron cayendo los soldados nacionales. Beausejour, Aránguiz, Mena, Vidal… No había piernas, pero con mucha fortaleza emocional. Antes, a los 80’, Fuenzalida estuvo cerca de ser el héroe de la tarde, con un disparo cruzado. Chile se defendía bien, con firmeza y con viveza, consciente de que el más mínimo error se traducía en la victoria colombiana.
Vidal, llorando, no aguantó más el dolor. Salió de la cancha en camilla y no se volvió a levantar. Los nueve minutos de alargue que decretó el brasileño Wilton Pereira volvieron loco a un Pizzi que sólo quería el final de este suplicio.
Tanto sufrimiento, tanto dolor, finalmente sirvieron de algo. La Roja se regresa con un punto que puede ser de oro. Un punto que podría pavimentar la clasificación a Rusia. Lo malo es que esta batalla dejó muchos heridos. El partido del martes contra Uruguay se empieza a jugar desde hoy, en la consulta médica de la Selección.
Colombia 0: D. Ospina 5; S. Arias 4, Y. Mina 5 (81’ M. Torres 4), O. Murillo 5, F. Díaz 4; C. Sánchez 4 , A. Aguilar 4; O. Berrío 3 (62’, L. Muriel 4), J. Rodríguez 3, E. Cardona 4; M. Borja 4 (46’, R. Falcao 3). DT: N. Pekerman 4.
Chile 0: C. Bravo 6 (63’, J. Herrera 6); M. Isla 5, E. Roco 5, G. Jara 5, E. Mena 6; C. Aránguiz 5 (73’, F. Gutiérrez 4), M. Díaz 5, A. Vidal 5 (91’, P. Hernández 4); J.P. Fuenzalida 6, E. Vargas 4, J. Beausejour 4. DT: J. A. Pizzi 5.
Árbitro: W. Pereira (BRA) 4. Amonestó a Sánchez y Murillo (COL); Aránguiz y Roco (CHI).
¿Partido feo? Sí. ¿De la vieja escuela? También. La tabla de posiciones, sin embargo, no mide arte ni buenas intenciones, sino los puntos. Y ahí, donde vale, la Selección saca cuentas alegres de un duelo que no era para cualquier jugador. La Roja quería sumar y lo consiguió dejando el corazón en la cancha. Sin lujos, sin adornos, pero con inteligencia. Un valioso 0-0 ante Colombia en Barranquilla, una caldera que atenta contra el fútbol bien jugado.
Chile salió a pelear la pelota. A ganar el mediocampo, a dominar. Le funcionó durante los primeros 25 minutos, en los que el dueño de casa prácticamente no se asomó por el arco de Bravo. Un derechazo de Vidal pasó muy cerca del poste, pudo ser el primero. Un tiro para la ilusión. A diferencia de las dos salidas anteriores, Chile se paraba bien en el campo.
Lo cierto es que la idea de Pizzi, la de poblar el mediocampo y reforzar las bandas, funcionaba. Es cierto también que Eduardo Vargas quedaba aislado arriba, pero Vidal y Aránguiz (más el apoyo de Fuenzalida por la derecha) también generaba presencia nacional en el área de David Ospina.
Pintaba bien la cosa, hasta que el árbitro paró el juego a los 26’, para que los jugadores tomaran aire y mucho líquido en el infierno de Barranquilla. Se reanudó el juego y los papeles se invirtieron. Colombia empezó a dominar y el Equipo de Todos se replegó más de la cuenta. La soledad de Vargas se acentuó y Chile sólo se dedicó a aguantar en campo propio. Sin que la presión cafetera fuese asfixiante, el nerviosimo se apoderó por momentos de la zaga criolla, que reventó más de alguna pelota, a ciegas, como prueba del asedio rival.
Bravo apareció con brillantez en dos pelotas detenidas. Contuvo un cabezazo a quemarropa de Óscar Murillo y después, en los descuentos, le sacó un remate bajo a Miguel Borja. El capitán salvó el cero.
En el complemento, Colombia mantuvo su propiedad del juego. Sin embargo, la selección chilena no sufrió. Eso sí, renunció a la estética y se inclinó por lo pragmático, un poco por la presión del adversario y también por la exigencia del clima. El calor y la humedad, realmente inhumanas, golpean a cualquiera que no esté acostumbrado.
La situación más complicada, de hecho, se produjo por la lesión de Bravo, quien sacó la peor parte de un choque con Santiago Arias. El portero intentó seguir, pero a los 63 se tendió en el suelo y pidió cambio, con un fuerte golpe en la cadera. Johnny Herrera lo reemplazó y recién tuvo su primera tapada a los 90’.
Uno a uno fueron cayendo los soldados nacionales. Beausejour, Aránguiz, Mena, Vidal… No había piernas, pero con mucha fortaleza emocional. Antes, a los 80’, Fuenzalida estuvo cerca de ser el héroe de la tarde, con un disparo cruzado. Chile se defendía bien, con firmeza y con viveza, consciente de que el más mínimo error se traducía en la victoria colombiana.
Vidal, llorando, no aguantó más el dolor. Salió de la cancha en camilla y no se volvió a levantar. Los nueve minutos de alargue que decretó el brasileño Wilton Pereira volvieron loco a un Pizzi que sólo quería el final de este suplicio.
Tanto sufrimiento, tanto dolor, finalmente sirvieron de algo. La Roja se regresa con un punto que puede ser de oro. Un punto que podría pavimentar la clasificación a Rusia. Lo malo es que esta batalla dejó muchos heridos. El partido del martes contra Uruguay se empieza a jugar desde hoy, en la consulta médica de la Selección.
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