Autor: María Angélica Vera
Lun 20 Ago 2018 | 07:45 am
El ex diputado entró a la Falange Nacional en 1949. Durante el régimen de Augusto Pinochet firmó una declaración pública rechazando el golpe de Estado, lo que lo llevó a ser relegado, alejándose de la vida política. Sin embargo, su compromiso con las víctimas de crímenes de lesa humanidad nunca terminó y continuó hasta el retorno de la democracia.
Esta jornada falleció a los 93 años años el ex diputado por la Democracia Cristiana, Andrés Alywin Azócar, hermano del ex presidente Patricio Aylwin y tío de la ex ministra de Educación, Mariana Aylwin.
A través de un comunicado firmado por sus hijos Cecilia, Andrés, Pedro y Verónica, confirmaron la noticia: “Tal como fue su vida, falleció en paz, en su casa, acompañado de todos sus hijos y nietos. Damos las gracias a todas las personas que nos han acompañado en estos días, dándonos tantas muestras de cariños y afecto. Nos sentimos orgullosos de lo que fue su vida, un ejemplo de honestidad, austeridad, rectitud, y ética en política y en la defensa de los DD.HH.”.
El político nació el 20 de junio de 1925, en Viña del Mar, en medio de una familia llena cercana al mundo político, por lo que continuar con esa línea no fue sorpresa para nadie.
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Fue allí donde su interés por la política lo llevó a ser parte de la Falange Nacional y se postuló como presidente a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech). Finalmente, en 1957, se incorpora a la Democracia Cristiano donde ocupa el cargo de presidente del partido en San Bernando y posteriormente en la comuna de Providencia. Partido que lo llevó ser parte de la Cámara baja desde 1965 y, luego de la dictadura, a regresar al parlamento entre 1990 y 1998.
En relación a su vida familiar, se casó con Mónica Chiorrini Givovich -quien falleció el 11 de febrero pasado a los 90 años, luego de 68 años juntos-. La pareja fue una férrea defensora de los DD.HH.
Con el golpe de Estado, Alywin fue uno de los primeros en rechazar el régimen de Augusto Pinochet firmando una declaración pública, conocida como la “declaración de los 13”. A raíz de ello, debió pasar un tiempo de relegación en Guallitera (región de Arica y Parinacota), alejándose de la política, aunque lo anterior no impidió que siguiera siendo una opositor a la dictadura.
En 1978, tras recuperar su libertad fue electo presidente del la Agrupación de Abogados Pro Derechos Humanos y director de la Comisión contra la tortura, tomando un rol importante en la defensa de las víctimas de violación a los DD.HH.
Además trabajó junto a la Vicaría de la Solidaridad y formó parte del Comité para la paz.
Su experiencia como abogado querellante fue relatado en algunos libros que publicó como Ocho días de un relegado (1989), Simplemente lo que vi: 1973-1990 y los imperativos que surgen del dolor (2003).
Además, trabajó como colaborador en el diario La Época durante los años 90.
Con la vuelta de la democracia, Aylwin también volvió a la escena política desempeñándose como diputado por el distrito 30 hasta 1998, cargo que lo llevó a integrar y presidir la Comisión Permanente de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía; y la de Constitución, Legislación y Justicia.
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