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Tuesday, September 5, 2017

ROAD TO RUSSIA 2018: Chile se hunde 0-1 ante Bolivia



La selección nacional pierde por 1-0 ante Bolivia y queda en muy mala posición de cara al cierre de las Eliminatorias. El equipo de Pizzi otra vez hizo un pésimo partido.

La Roja se hunde en La Paz
Foto: Agencia Uno.
Empatar era malo. Y la Roja perdió. El peor escenario. Lo más triste que se podía ver. Con Vidal encarándose con Soria, el técnico de Bolivia, y con los dueños casa celebrando como la obtención de la Copa del Mundo. Los bicampeones de América cayeron derrotados por la mínima, pero goleados en su orgullo, y con los pasajes a la Copa del Mundo a punto de ser cancelados.
Chile entró con temor. A la defensiva, como internamente les transmitió Pizzi a sus dirigidos. Miedo a la altitud más que a los jugadores rivales, pero miedo al fin y al cabo. Y si algo le cuesta a la llamada generación dorada es jugar con esa sensación de pánico. Una línea de cuatro marcada, con Isla y Beausejour plantados en su propio campo (poco visto en esta escuadra. Una línea de tres por delante de la zaga, rígida, con Silva, Díaz y Hernández. Y más cerca del área contraria Vidal, Vargas y Alexis, con libertad de movimiento y con la misión de arreglárselas como sea.
No es el estilo de la Roja. Por más altura que enfrente, por más precauciones que tome, a los bicampeones del América no les gusta especular tanto. Bolivia se aprovechó de eso, como era lógico, para tener el dominio de la pelota en la primera media hora. Y tuvo ocasiones claras para abrir la cuenta, la primera y más clara a los 8 minutos, con un cabezazo de Martins con el arco desguarnecido, porque Bravo había salido a destiempo en un tiro de esquina.
Era lógico también que los verdes le pegaran al arco desde cualquier zona de la cancha. Con esas pocos argumentos, el dueño de casa complicaba de sobremanera a la selección nacional.
Recién a los 35 minutos, Chile llegó en bloque hasta la portería de Lampe. Un descuelgue de Isla terminó con un disparo elevado de Vargas. Además del ariete de Tigres, había dos rojos en el área de boliviana. Eso ya era una avance, por cómo se daba el partido.
Algo se metió Alexis en el juego. Dejó de reclamarle a sus compañeros y empezó a jugar. No para transformar a Chile en un equipo dominante, pero sí para iniciar la jugada que acabó en un yerro increíble de Vidal, cuando el gol ya se cantaba. Llegó el descanso, necesario para varios que sentían el peso de los 3.600 de La Paz.
De poco sirvieron los 15 minutos en el camarín. Al poco de iniciado el segundo tiempo, varias figuras de la Roja, entre ellos Vidal y Sánchez, se movían con piernas temblorosas. Empezaron los errores, coronados con la descoordinación entre Díaz y Medel. El volante estorbó el despeje del Pitbull y sobre la misma metió la mano sin empacho para cometer un penal. Juan Carlos Arce no falló y a los 58’, Bolivia metía al combinado chileno en un lío de marca mayor.
Hasta Pizzi se enredó entero. Desconcertado, suspendió el cambio de Paredes, le hizo ponerse nuevamente el peto de suplentes, para cinco minutos después hacer ingresar a… Paredes. Y a Valdivia, el volante al que ha desestimado tantas veces. Pizzi mandó a la dupla de Colo Colo para que le salvarán el pellejo a su equipo.
No se notaron mucho lo cambios. Más a los empujones que con buen fútbol, la Roja peleaba por el empate. Es cierto que el juez Roldán se comió un claro penal por una mano de Candia, pero Chile no tenía físico ni ideas para una hazaña.
Salió Vidal, destrozado. Entró Valencia. En la banca sólo había desesperación, con el Rey Arturo comandando el concierto de caras de derrota. Y desde la reserva de Bolivia, crecía la fiesta y el coro de insultos para los chilenos. El TAS no se les olvidó a los locales.
Así perdió Chile. Dando pena, despedazado. Y Rusia ya parece un sueño difícil de cumplir. Eso de la generación dorada parece un cuento muy añejo.

La Roja no tuvo individualidades que la sacaran del pozo futbolístico. Nadie se salió del molde en una Selección que mira de lejos por ahora el Mundial.

Uno x Uno: Chile no tuvo rebeldía

Uno x Uno: Chile no tuvo rebeldía

Claudio Bravo: Arrancó algo dubitativo, sobre todo con los balonazos cruzados. Cuando le tomó la mano a la velocidad de la pelota dio un poco más de seguridad. En el segundo tiempo tuvo una actuación casi perfecta, salvo por algún centro que no pudo cortar.
Mauricio Isla: Se vio sobrepasado en el arranque porque Bolivia cargó la mano por su costado. Cuando recibió más colaboración de Silva, se vio más acoplado e incluso con aire para pasar al ataque. Le dio un pase gol a Vidal en el primer tiempo que desaprovechó el volante.
Gary Medel: Partido sobrio, sin muchas exigencias. Casi no tuvo problemas en el juego aéreo pese a los innumerables centro del local. Se complementó muy bien con Paulo Díaz, aunque terminó sufriendo en el final porque ya no tenía piernas el equipo para salir desde el fondo.
Paulo Díaz: De los puntos más altos de Chile. Sólido por arriba y también por abajo, cuando tuvo que ir a cruzar a la espalda de Beausejour. Tuvo un lindo duelo con Moreno Martins, que lo ganó casi siempre. A tener en cuenta como titular en los próximos partidos si mantiene este nivel en San Lorenzo.
Jean Beausejour: No pudo convertirse en el agente ofensivo que necesitaba Chile. En la marca, tuvo variados problemas en el segundo tiempo. Para colmo, se ganó una amarilla en el primer tiempo que lo deja suspendido para el duelo ante Ecuador.
Marcelo Díaz: Hacía un buen partido hasta la desgracia del penal que cobró Roldán. Nada que reclamar en todo caso porque el volante extendió el brazo con el afán de obstaculizar la trayectoria del balón. Aquella jugada lo terminó condenando a ojos de Pizzi, que minutos después lo sustituyó.
Francisco Silva: Buen primer tiempo, mientras tuvo físico. Colaboró siempre en la marca, pero le faltó frescura para pasar al ataque. En el primer tiempo, contribuyó con su recuperación a los mejores pasajes de la Roja. Después, como el resto de sus compañeros, no encontró aire para torcer la historia.
Pablo Hernández: No influyó desde la posesión, que era lo que más le insistió Pizzi. Nunca encontró espacios de maniobra y todo parecía resolverlo con pases cortos a sus compañeros. Sigue sin mostrar el atrevimiento que se necesita en la Selección.
Arturo Vidal: Quiso mostrar el camino en el primer tiempo presionando a los mediocampitas bolivianos. Pero con el balón poco y nada pudo hacer. Falló de manera increible la jugada más clara de ataque. Inexplicablemente empalmó más un centro de Isla, cuando Lampe estaba fuera de foco. Terminó pagando caro tanto correteo al punto que salió antes del final.
Alexis Sánchez: En La Paz prolongó la intrascendencia que tuvo ante Paraguay. Nunca entendió como debía jugarse el partido, abusando del traslado lateral y de los pelotazos, antes que encarar mano a mano. Todo lo que lo rodeó con el tema de su eventual transferencia lo sacó de concentración. Y jamás volvió. Por si fuera poco, se ganó una amarilla por reclamar que lo deja fuera del choque ante Ecuador.
Eduardo Vargas: Intrascendencia pura. No entró nunca en juego. Sólo tuvo un remate al arco boliviano, que salió elevado. Paradójicamente en su mejor momento a nivel de clubes en el extranjero, mostró una de sus peores versiones con la Roja.
Esteban Paredes: Entró cuando el partido estaba cuesta arriba desde lo numérico y sobre todo desde lo físico. No tuvo ninguna chance para convertir, aunque intentó generar circuitos de ataque.
Jorge Valdivia: No fue la solución que buscaba Pizzi. No tuvo espacios para maniobrar con claridad, por lo que su influencia fue escasa.
Leonardo Valencia: Su ingreso asomó tarde, tomando en cuenta la necesidad de sumar puntos. Tuvo un tiro libre, pero lo tiró sobre el travesaño.

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