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Autor: M. Parker y F. Contreras
VIE 30 NOV 2018 | 06:55 PM
El Juzgado de Letras del Trabajo de San Miguel acogió la demanda del deportista en contra de su ex club y decretó el pago de una millonaria indemnización. Los laicos pueden pedir la nulidad del fallo.
El litigio llegó a su fin. Al menos por ahora. La justicia resolvió durante esta jornada el conflicto judicial que mantenían Mauricio Pinilla y Azul Azul. El deportista demandó a su ex equipo, acusándolo de una serie de irregularidades en su bullada salida del club, por lo que exigía un pago compensatorio superior a los mil millones de pesos. En el cuadro universitario, sin embargo, esperaban que sus argumentos fueran suficientes para evitar cualquier multa en favor del atacante.
Y pese a que las exigencias del delantero no se cumplieron del todo, igual fue el gran ganador de la demanda. Y es que, este viernes, el Juzgado de Letras del Trabajo de la comuna de San Miguel entregó su veredicto. La instancia acogió la demanda del ex seleccionado nacional por vulneración de derechos fundamentales en el despido y determinó que la concesionaria que rige los destinos de la escuadra universitaria debe pagarle al ariete $147.454.616 por concepto de indemnización, y $313.341.059 por lucro cesante, totalizando $460.795.675 para el sanmiguelino.
En el club laico no cayó bien la resolución del tema. Esta no es apelable, sin embargo el staff judicial de los laicos podría pedir un recurso de nulidad para intentar dejar sin efecto la sentencia. “Vamos a estudiar el fallo en profundidad para ver por qué la magistrada llegó a las conclusiones que llegó. No compartimos y por eso prepararemos los recursos que otorga la ley para intentar revertir esta decisión en la Corte de Apelaciones”, expresó el abogado del cuadro azul, José Joaquín Laso.
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Mientras, Pablo Silva, director ejecutivo de Azul Azul, afirmó que les “sorprende mucho” el fallo, “porque el club actuó como correspondía”. Y explicó: “Mauricio trajo una oferta de Colón, nos pidió que llegáramos a un acuerdo con el club, y él por su parte también negoció lo que le correspondía. Las tres partes firmamos el traspaso de los derechos federativos, pero sorpresivamente se arrepintió, dejándonos en una situación incómoda. Es lamentable porque nosotros confiamos en su palabra. Los pasos legales continuarán en mano de nuestros abogados”.
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