La Vecchia Signora avanzó gracias a un 0-0 en Francia, y que sostuvo la ventaja lograda en la Champions- 22/04/2015 - 17:36
El cuadro del Principado, asumiendo su necesidad de marcar para emparejar la llave luego del 1-0 que se firmó en la ida (con gol de Arturo Vidal, de penal), tomó la iniciativa y llevó a su rival sobre su propio arco. Aún así, el riesgo era de la Juve, que no parecía demasiado preocupada, y permitía que fuese el local quien hiciera todo el desgaste.
Privilegiando el órden al posicionamiento ofensivo, el esquema de los italianos se impuso, y Gianluiggi Buffon no pasó demasiadas zozobras en la primera parte, que ofreció pocas emociones en cualquiera de los dos arcos. En tanto, Arturo Vidal, que inició de titular, no mostró gran desequilibrio, y sólo fue uno más en la refriega que se armó en la mitad de la cancha.
Sin embargo, tras el descanso el panorama comenzó a cambiar. Pese a que la estrategia parecía seguir siendo la misma, a medida que la urgencia del Mónaco crecía, el plan de la Vecchia Signora se desmoronaba, víctima de los errores de sus propios ejecutantes. Así, Buffon comenzó a preocuparse más, y hasta fue obligado a un par de intervenciones de emergencia, tal como una de Patrice Evra, la más clara, que sacó un balón de la línea, cuando parecía que caía el primero en los 51'.
Las opciones del campeón italiano se reducían a las contras. Andrea Pirlo fue el que mejor lo entendió, haciendo gala de su precisión, pero Alvaro Morata se encargó de arruinarlas, abusando del individualismo, cuando en repetidas ocasiones, un toque a un compañero era mucho mejor opción. Su avaricia la pagó en el 68', cuando fue sustituído por Fernando Llorente.
El segundo cambio de Juventus (77') dejó a Arturo Vidal sentado en la banca, pues Roberto Pereyra ingresó en su lugar. En el balance general, pobre participación del seleccionado nacional, que abandonó la cancha con algunos inconvenientes físicos, cojeando notoriamente, aunque, en primera instancia, nada por lo que preocuparse.
El tiempo se consumía, y el cuadro de Massimiliano Allegri seguía haciendo su negocio, enfriando el trámite y desesperando al oponente. Al final, sin goles ni más minutos en el cronómetro, el gol de Vidal fue suficiente para firmar la clasificación a semifinales, donde retos mayores esperarán al monarca del fútbol italiano.
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