Bates motel se estrena mañana y relata los años del villano antes de los acontecimientos de Psicosis. "Es un rol icónico, pero me sentí libre para partir de cero", cuenta el protagonista, Freddie Highmore.
por M.M., Buenos Aires - 07/07/2013 - 08:39
El cuchillo se abanica sobre el cuerpo. Las puñaladas abren carne y salpican a la asesina perfectamente iluminada. Así transcurre una de las escenas centrales en el primer capítulo de la serie Bates Motel, que retrata los años formativos de Norman Bates, el célebre psicópata de la película de Alfred Hitchcok Psicosis. Y desde esos minutos se advierte que este no es un calco del clásico de 1960. Que ha pasado medio siglo desde la ducha fatal de Janet Leigh y que aquí las puñaladas son más que sugerencia. Al nuevo Bates, encarnado por el actor Freddie Highmore, aún le restan años para vestirse como su madre.
“Es un personaje icónico y tengo suerte de formar parte de la mitología de Norman Bates. Pero tampoco sentí mucha presión por los anteriores. Me sentí libre para partir desde cero”, cuenta Highmore (21 años), durante una conferencia de prensa en Buenos Aires a la que asistió La Tercera por invitación de Universal Channel (señal 31 en VTR y 102 en Claro), el canal que mañana estrena la serie en Chile, a las 22 horas.
Bates Motel está situada en el presente y su apuesta está sostenida sobre un dueto actoral: la actriz Vera Farmiga (Amor sin escalas) en el papel de Norma, la madre del asesino, y Highmore, un ex niño actor, protagonista de Charlie y la fábrica de chocolate (2005), que en esta serie aterriza en su primer rol central en televisión.
La historia se inicia cuando ambos compran un motel, buscando un nuevo comienzo tras la muerte del padre de Norman. El miedo, según Highmore, habita en “una relación entre madre e hijo que cruza las fronteras normales de la sociedad”, mientras que la tensión psicológica crece bajo la tutela del productor de Lost, Carlton Cuse.
Highmore toma asiento, con el pelo más revuelto que el pulcro Bates, camisa abotonada y modales amables expresados en perfecto español ibérico. Eso, porque el británico estudia árabe y castellano en la universidad de Cambridge. “Dicen que al final del curso, llega un hombre de negro a preguntarte si no quieres ser espía. Quizás ya lo soy, ¿no? Nadie sospecharía”, bromea. Pero cuando el chiste hace efecto, se pone serio, como haciendo alarde de los desequilibrios mentales de su personaje.
“No quiero recurrir a esta analogía del ‘Norman bueno’, ‘Norman malo’. Pero sí quiero decir que este es un Norman al que podemos apoyar. Un personaje sobre quien tenemos alguna esperanza rara, porque queremos que no vaya por el camino por el que tiene que ir”, explica Highmore. Para la serie, el camino también es claro: la primera temporada de 10 capítulos fue estrenada en marzo en Estados Unidos, sin pasar por un proceso de piloto, y ya renovó para un segundo ciclo en 2014.
CINE VERSUS TELEVISION
Highmore estuvo pocos días en Argentina. El lunes 24 de junio, volaba de regreso a Madrid, a retomar sus estudios de lenguaje. Después retornaba a Vancouver, Canadá, donde se filma la segunda temporada de Bates Motel. Un ritmo de viajes al que está habituado y que en 2010 lo trajo a Chile: “Llegamos a Mendoza, cruzamos las montañas hasta Santiago y luego subimos hasta el Desierto de Atacama, en un viaje de autobús que nos tomó 36 horas. El desierto y las estrellas son lo más único que vi en ese viaje, lo que más me gustó de Chile”.
Tras esa experiencia, Highmore ha seguido interesado en la cultura latina. “Me encantaría hacer algún papel en español”, asegura, mientras acusa admiración por el argentino Ricardo Darín y cuenta que estuvo en un cine en Madrid viendo Tesis sobre un homicidio. De hecho, cuenta que leyó en español Psicosis, el libro de Robert Bloch en que se basó la película de Hitchcock.
Fue parte de su propia mutación, desde los papeles de niño bueno a encarnar a un homicida. “Sería aburrido quedarme en los mismos papeles”, justifica. “La televisión te da más oportunidades para profundizar en el personaje, pues tienes toda una temporada en vez de la hora y media de una película. Puedo hacer más natural el proceso de transformación. En Charlie y la fábrica de chocolate, por ejemplo, eran seis meses de rodaje, con días en que hacías una toma y ya está. Aquí, cada día tienes que estar a tope. Me encanta, porque son más oportunidades de vestirme como Norman Bates”.
No comments:
Post a Comment