Cosquín arrancó este fin de semana en el Movistar Arena a
17 años de su primera edición en Córdoba fiel al perfil original,
reuniendo lo que Latinoamérica entendió por rock en los 90 en la era
MTV, con bandas atentas a la senda de Los Fabulosos Cadillacs para
moldear un rock latino de colores propios marcados por la percusión y
los bronces y donde los mensajes contingentes no se olvidan. “A este
hueón lo ahorcaron”, vociferó irritado el Macha en medio del show de La
Floripondio el sábado por la noche, sobre la sospechosa muerte del
pescador Alejandro Castro en Valparaíso y a quien dedicaron un tema.
Antes y después el legendario grupo de Villa Alemana hizo gala de su
tradición brindando un show desprolijo y aguerrido para descargar
cualquier rastro de mala vibra con su rock acribillado de reggae,
folclor andino, thrash y divagaciones lisérgicas, gatillando en el
público espontáneos pogos para una audiencia que por edad, 30 años hacia
arriba, se supone que ya no está para esos trotes. El guitarrista El
Pescao, un histórico del metal porteño, felicitó a garabatos a la
organización por la posibilidad de beber en el festival, un asunto que
aún complica a los grandes eventos musicales en Chile.
Antes de La Floripondio, Chancho en piedra convocó a una gran masa en
el escenario central del Arena, secundado por otro al aire libre en la
salida sur del recinto y uno más pequeño y de escenografía casi
anecdótica. Esta nueva fase de su historia sin el guitarrista Pablo
Ilabaca, reemplazado por Cristian “C-Funk” Moraga de Los Tetas, aún se
resiente sobre todo en las voces, dejando huérfanas las armonías de
negro tinte que urdía junto a su hermano, el bajista Felipe Ilabaca.
Chancho en piedra enfrentó además serios problemas de sonido -escasa
definición y un molesto crepitar en algunos pasajes-, completamente
soslayados por su audiencia siempre fiel, una de las fanaticadas más
reconocibles y cariñosas de la escena chilena en más de 20 años. La
gente coreó sus éxitos cargados de guiños nostálgicos de la cultura pop
chilensis en sus letras, un ambiente completamente consonante con el
espíritu de Cosquín.
En el cartel la jornada del sábado era la más débil, pero según la
organización se agotaron los 15 mil tickets del primer día. ¿La razón?
Ska-P. La legendaria banda española aún es un culto poderoso en Chile.
El ambiente de caldera dominó desde el arranque reviviendo sus
apoteósicas visitas la década pasada cuando llenaban sin problemas la
pista atlética del Nacional. Ayer, con un cartel dominado por Molotov,
Ana Tijoux y Cypress Hill, se pronosticaron 13 mil personas. De ese
gentío muy poco se dio cita, por ejemplo, para ver a Ciro y Los Persas
en el Arena, el proyecto del ex vocalista de Los Piojos, devenido en
rock rollinga que no se mueve un milímetro del manual de The Rolling
Stones en la etapa de Mick Taylor, tan aplicado como repetido,
finalmente soporífero. En el exterior Drefquila, el único artista urbano
de Cosquín, ofrecía una dosis concentrada de auto-tune y canciones
acompañadas por buen público, aunque verlo absolutamente solo en el
escenario con escasas luces encendidas resultó desconcertante. Un acto
escolar es más producido.
También puede interesarte
Nuevamente
en el Arena, El Macha capitaneaba esta vez a Chico Trujillo. Más de una
señal de fuego amigo cortesía de otros artistas les ha llegado por
amasar un catálogo de clásicos grabados en la memoria colectiva. La
verdad, ese hábito de tomar lo ajeno y trasladarlo en vivo, sigue siendo
un tapabocas fenomenal a los críticos. No hay mejor banda de cumbias y
música parrandera en Chile que ésta. La regla es no tener reglas, citar
“Lambada”, “Mal bicho” y empalmar de una con “Tus besos son”, que hoy
googleando se adjudica al grupo de Villa Alemana. En la música tropical
las autorías suelen ser difusas y acá lo importante es si se armó la
fiesta. Ante ese desafío el rendimiento de Chico Trujillo fue, como
siempre, a un cien por ciento en un evento nuevo como Cosquín,
concentrado en un segmento específico de público que ya siente nostalgia
por el rock y derivados en nuestro idioma de los 90.
No comments:
Post a Comment