Autor: Valentina Jofré
Vie 5 Oct 2018 | 03:10 am
Se trata de una estrategia que recogerá medidas de los expresidentes Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe.
Hacia una política restrictiva y de mano dura en materia de drogas se encamina Colombia con el decreto que el Presidente Iván Duque firmó el lunes y que forma parte de una amplia estrategia antidrogas que presentará en los próximos días.
La medida contempla que si alguien porta 20 gramos de marihuana o un gramo de cocaína (dosis mínima), la policía está autorizada a decomisar la droga y cobrar una multa por US$ 69,38. Sin embargo, quienes porten una mayor cantidad serán detenidos y se analizará si la dosis es de aprovisonamiento o si corresponde a un expendedor de droga.
Colombia es el principal productor de cocaína del mundo, según informó la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc). Los cultivos ilícitos de hoja de coca registraron un crecimiento de 17%, hasta las 171.000 hectáreas, mientras que el potencial de producción de cocaína subió un 31% respecto de 2016 a 1.379 toneladas, un récord desde que comenzaron estas mediciones en 2001.
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Así, los detalles de este proyecto ya han comenzado a salir a la luz y su esencia está en la restricción, en comparación a la política que venía desarrollando el expresidente Juan Manuel Santos, que fue percibida como de “mano blanda”.
Una de las medidas que han provocado dudas y críticas es que se pretende volver a las fumigaciones aéreas con glifosato para combatir los cultivos ilícitos de cocaína, pese a que la Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre los efectos cancerígenos de este compuesto, y a que en octubre de 2015 se ordenó suspender la aspersión aérea de glifosato.
Todo esto recuerda el combate a las drogas que impulsó el expresidente Álvaro Uribe, que fue percibida de “mano dura” y altamente restrictiva. Sin embargo, con Santos aquello se frenó y, por ejemplo, llevó a cabo una erradicación voluntaria más que forzosa.
Juan Carlos Garzón, director en la Fundación Ideas para la Paz e investigador del Wilson Center, dijo a La Tercera que esta política será una suerte de mezcla entre las políticas de Uribe y Santos. “Me parece que lo que vamos a tener es una mezcla con algunos rasgos de continuidad en términos del trabajo que se está haciendo en los territorios, con las familias que decidieron erradicar voluntariamente, pero con un endurecimiento en términos de la utilización de instrumentos como la fumigación aérea”, señaló.
Sin embargo, Néstor Rosanía, director ejecutivo del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, asegura que esta política no ataca el problema de raíz, que serían los países consumidores. “Estamos atacando los eslabones débiles de la cadena, en términos de los cultivos, pero no se ataca el eslabón más fuerte que es el tema del lavado de activos en los países consumidores como EE.UU. y Europa”. “Mientras EE.UU. siga con niveles tan altos de consumo, el resto de la cadena, los países centroamericanos y sudamericanos nos veremos afectados por esa política interna”, sentencia.
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