Autor: Cristian Caamaño
Jue 4 Oct 2018 | 08:35 am
Los albos cayeron sin atenuantes ante Palmeiras y se despidieron del certamen continental. El timorato planteamiento de Tapia condicionó al equipo, que entró a la cancha a evitar un papelón.
Palmeiras 2-Colo Colo 0
Palmeiras: Weverton 5; Mayke 5, A. Carlos 5, E. Dracena 5, V. Luis 4; T. Santos 5, B. Henrique 5; Willian 5 (83’, Jean 4), Moisés 4, Dudu 6 (76’, Hyoran 4); Borja 5 (76’, Deyverson4). DT: L. Scolari 5.
Colo Colo: A. Orión 5; M. Zaldivia 4, J. Barroso 3 (46’, I. Morales 4), J. Insaurralde 3; Ó. Opazo 3, C. Baeza 4 (44’, F. Campos 4), E. Pavez 3, C. Carmona 4 (86’, C. Pinares -), G. Suazo 4; J. Valdivia 4; L. Barrios 3. DT: H. Tapia 1.
Goles: 1-0, 37’, Dudu con un potente zurdazo desde fuera del área; 2-0 ,53’, Borja desde el punto penal.
Árbitro: W. Roldán (COL) 5. Amonestó a Zaldivia (CC).
Estadio Allianz Parque, Sao Paulo. Asistieron 37.950 personas.
El más claro ejemplo de la bandera blanca que presentó Tapia en Sao Paulo ocurrió antes del descanso. Claudio Baeza no pudo seguir en el partido y el técnico decidió que en su lugar ingresara Felipe Campos. A esa altura, el marcador ya estaba 1-0 y la lógica indicaba el ingreso de un delantero o algún volante ofensivo que acompañara a Valdivia. Pero el banquillo colocolino tenía otros planes. El temor a un papelón y posiblemente a un despido inmediato pudo más que la vergüenza deportiva. Colo Colo dejaba en ese instante de luchar por la clasificación. Así de simple.
De aquel equipo que en esa misma ciudad brasileña consiguió la clasificación ante el Timao hace poco más de un mes, apenas quedan los nombres y la camiseta. El espíritu de lucha que mostraron aquella noche en el Arena Corinthians y que tanto enorgulleció a sus hinchas y también a los neutrales, no viajó esta vez en el equipaje. El 0-2 en la ida había sido un golpe devastador para el plantel y el cuerpo técnico, al punto que desde esa noche el equipo solo acumula derrotas. Como si toda la energía desplegada ante Corinthians dejó el estanque vacío. No hubo más hazañas ni actuaciones heroicas. Menos actos de rebeldía fubolística. Y cuando se pierde la confianza, no hay vuelta. Así de simple.
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De ocasiones de convertir para hacer más decorosa la eliminación, ni hablar. Apenas un par de centros de Suazo desde los costados buscando alguna cabeza en el área. Pero de generar alguna chance clara, mano a mano frente al arquero rival, cero. Valdivia, bien cercado por los rivales y abandonado por sus compañeros y sobre todo el técnico Tapia, nunca gravitó en el partido. Ni siquiera alguna genialidad para enmarcar. Entonces, con el Mago encerrado y el resto preocupado de defender, el milagro era imposible. Así de simple.
Colo Colo se despide la Copa de la peor manera. Sin respetar su historia de bravura y coraje. Con la sensación de sentirse inferior al rival antes de iniciar el partido. Y con un futuro aún más negro en el torneo local, porque la clasificación a la próxima Libertadores parece muy difícil y hasta llegar a la Sudamericana no asoma fácil. Algo impensado hace poco más de un mes, cuando todo era algarabía. Pero desde el momento que dejó de luchar, todo se acabó. Así de simple.
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