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Saturday, July 16, 2016

THE ROAD TO RIO DE JANEIRO 2016: María Fernanda Valdés, la cara del renacimiento chileno





Desde su medalla de plata en los Panamericanos de Toronto, la pesista de 24 años superó temporadas de frustraciones y entrena con renovada fuerza para su segunda cita olímpica, de la mano del entrenador cubano Luis López y seleccionados brasileños de la disciplina.


Cuando María Fernanda Valdés soltó la pesa luego de un envión de 131 kilos en los Juegos Panamericanos de Toronto, no gritó simplemente porque la medalla de plata estaba asegurada. Ese momento fue un divisor de aguas para la pesista de la categoría hasta 75 kilos; en sus palabras, fue “un renacer de los muertos”.
Pasé por muchos entrenadores, lesiones, ni yo misma me cuidaba. Me faltó madurez, saber qué quería hacer, tuve problemas con mi peso... Se me había olvidado por qué levantaba pesas. Fueron dos o tres años en los cuales no sacaba resultados y no quería competir”, recuerda. Después de ese envión, recomenzó la vida deportiva y se reactivó la pasión, ahora más fuerte que nunca.
Volví a querer el levantamiento de pesas, a encontrar mi norte”, reflexiona la pesista, quien tuvo al entrenador cubano Luis López como personaje clave en ese proceso. “Además de entrenarme, es mi nutricionista, psicólogo, un compañero… Una vez me comentó que otros países tenían mejores recursos, y yo le respondí: ‘Mi mayor recurso eres tú’. Me hizo volver a confiar en mí, ver las condiciones que tenía”, sostiene. En Canadá estableció su nueva marca de 231 kilos y el cupo a la segunda cita olímpica fue una cuestión de tiempo.
En la sala de halterofilia del Centro de Entrenamiento Olímpico, el día de Valdés pareciera ser como cualquier otro. Comienza la sesión calentando con la barra vacía, que pesa unos 15 kilogramos, y al paso de los minutos sus dos extremos reciben discos de 5, 10, 15, 20 kilos… Al final del entrenamiento, ya levantó más de 70 kilogramos repetidas veces. En una hora y media de entrenamiento son 70 repeticiones, de creciente carga. Y eso que la sesión mencionada fue en una semana de “descanso activo”, como lo denomina la pesista.
Son entre dos horas y media a cinco horas diarias, de lunes a sábado, entre las cuatro paredes de una sala de pesas, realizando 14 sesiones semanales. Así es su jornada en Brasil, su hogar actual, pues las semanas que pasa en Chile son de una sesión al día. En los períodos de preparación más intensos levanta hasta 90 o 110 kilos en las sesiones, mientras que alza 70 u 80 kilogramos en descanso activo.
Debe entrenar incluso en semanas de receso en el país, dada la complejidad física de esta disciplina. Lo primordial en la halterofilia no es la fuerza de los brazos, sino de piernas, abdomen, hombros... Incluso la musculatura del cuello es importante. Además, involucra mucha técnica en sus dos variantes: el arranque y el envión.
El arranque es el levantamiento del piso hacia arriba, con la toma ancha, y el envión, que es a dos tiempos, te paras y luego levantas la pesa sobre los hombros. Y se premia la sumatoria de los dos. Dependiendo de tus falencias, te establecen distintos ejercicios”, explica María Fernanda, quien trabaja principalmente para mejorar su ejecución del segundo tiempo del envión.
La coquimbana está radicada en el país sede de los Juegos Olímpicos desde el principio de 2015, primeramente en Sao Paulo y ahora en Río, desde el inicio de este año. “Estoy entrenando allá en el CT Unimed, un recinto privado, y soy la única que entrena con la selección brasileña. Son meses completos encerrada en un solo lugar y el impacto ha sido bueno. He estado cerca de mi principal rival, Jaqueline Ferreira. Te dan ganas de ganarle y hay una sana rivalidad. Y entreno también con Fernando Reis, bicampeón panamericano, quien me ayuda y corrige mucho”, relata.
Por ese tiempo conviviendo con colegas de esa nacionalidad, es como si ya tuviera un pequeño lado brasileño en su alma. “Somos de distintos países,pero trabajamos juntos, somos un equipo. Imagínate que aliento a Brasil y a Chile en la misma competencia. Yo me alegro de sus victorias y ellos de las mías”, cuenta.
Sin embargo, es enfática al decir que “no cambio a Chile por nada”. Su reavivado encanto y superación con esta disciplina apunta a superar su noveno lugar en Londres. Valdés representó a Chile atormentada por inseguridades e incertidumbres durante cuatro años, hasta su triunfo en Canadá. Desde entonces entrena y compite con renovada mentalidad, fuerza y pasión rumbo a su segunda experiencia olímpica.


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