Luego de conseguir el gol de la igualdad en el tiempo de adición de manera épica, los pupilos de Pekerman terminaron diciendo adiós al Mundial tras caer ante Inglaterra en la definición desde los doce pasos.
Colombia-Inglaterra (1-1) (3-4)
Colombia: Ospina; Arias (114′, Zapata), Mina, D. Sánchez, Mojica; Barrios, C. Sánchez (78’, Uribe), Lerma (61’, Bacca); Cuadrado, Quintero (87’, Muriel); Falcao. DT: José Pekerman.
Inglaterra: Pickford; Walker (112′, Rashford), Stones, Maguire; Trippier, Alli (81’, Dier), Henderson, Lingard, Young (101’, Rose); Sterling (87’, Vardy), Kane. DT: Gareth Southgate.
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Goles: 0-1, 57’, Kane, de penal cometido por Carlos Sánchez. 1-1, 90+3’, Mina, con un portentoso cabezazo a la salida de un córner.
Árbitro: Mark Geiger (EE.UU.). Amonestó a Barrios, Arias, C. Sánchez, Falcao, Bacca, Cuadrado (C); y a Henderson, Lingard (I)
Tanda de penales: Falcao (gol, 1-0) / Kane (gol, 1-1) / Cuadrado (gol, 2-1) / Rashford (gol, 2-2) / Muriel (gol, 3-2) / Henderson (fallo, 3-2) / Uribe (fallo, 3-2) / Trippier (gol, 3-3) / Bacca (fallo, 3-3) / Dier (gol, 3-4)
Estadio del Spartak de Moscú. Asistieron 44.190 personas.
Inglaterra se convirtió en el último cuartofinalista del Mundial de Rusia tras derrotar a Colombia en la tanda de penales luego de concluir el tiempo reglamentario con empate a un gol.
El planteamiento conservador con el que Pekerman decidió resolver la ausencia anunciada de James, no benefició en modo alguno a Colombia. Con tres futbolistas eminentemente defensivos en la medular (Sánchez, Barrios y Lerma), el combinado sudamericano perdió presencia en el área inglesa sin dejar de sufrir, durante los compases iniciales, las constantes embestidas de su adversario. Y es que lo único que logró el seleccionador colombiano renunciando a la pelota, fue asfaltarle la autopista a los velocistas de los Pross.
Con Trippier y Young volando por los costados, un punto más de intensidad y su habitual empuje de siempre, Inglaterra se las ingenió para instalarse en el área cafetalera con una facilidad inusitada, y Kane (el goleador de la Copa del Mundo) protagonizó el primer aviso serio cabeceando muy forzado, en el segundo palo, un centro de Trippier que llevaba veneno.
Le costó demasiado a Colombia encontrar su lugar sobre el césped del estadio Spartak en la primera fracción. Con el talento de Quintero aplastado por tanto músculo, desapareciendo lentamente en el agujero negro del centro del campo, y la línea de tres defensores inglesa instalada por momentos, de manera cómoda y autoritaria, a la altura del círculo central; la escuadra cafetalera se limitó a achicar agua aguardando la llegada del entretiempo.
Tras protagonizar un solo remate entre los tres palos en todo el primer tiempo (un zurdazo inocuo de Quintero a los 45), se plantó mejor Colombia sobre la cancha de juego en el complemento, pero una tempranera torpeza de Carlos Sánchez (señalado ya por su expulsión en el duelo inaugural ante Japón) puso las cosas muy cuesta arriba a los de Pekerman. Su penal sobre Kane, tan claro como evitable, lo convirtió en gol el propio delantero del Tonttenham, inaugurando la cuenta a los 57’.
Con 0-1 en el marcador el duelo empezó a calentarse y a caer en intensidad producto de las constantes interrupciones y simulaciones. Pekerman aprovechó la coyuntura para retractarse de su propio y mezquino plan inicial enviando a la cancha a Bacca en reemplazo de Lerma. Y el encuentro terminó de romperse.
En el intercambio de golpes volvió a mostrarse más agresivo el conjunto de Southgate, tremendamente cómodo con espacios para correr a campo abierto, pero fue Cuadrado el que tuvo en sus botas el empate a falta de 10 minutos, tras un clamoroso error en la salida de los ingleses.
No fue hasta la recta final del encuentro que emergió la mejor imagen de Colombia, la del equipo sin complejos que había sido durante la fase de grupos, y en el minuto 92, luego de que Uribe rozase el gol del Mundial con un latigazo desde 40 metros, volvió a aparecer el ángel cafetalero para rescatar a su equipo. Y obrar el milagro. El soberbio testarazo de Yerry Mina a la salida de un saque de esquina fue sencillamente imperial. Un tanto, el tercero del central colombiano en Rusia, que enviaba el choque al alargue.
El empate sobre la bocina de Colombia metió el miedo en el cuerpo a Inglaterra, que por primera vez en el partido empezó a sentirse inferior, y Falcao rondó el 2-1 con un remate de cabeza desviado en el primer tiempo extra. Fue, sin lugar a dudas, en la prórroga, donde recuperaron los discípulos Pekerman el ritmo, el juego alegre y la cafeína que les había faltado durante 92 minutos.
Un remate cruzado de Rose, a los 111′, que se marchó rozando el poste, a punto estuvo de alterar el desenlace del pleito, pero el resultado de la última llave de octavos del Mundial terminó por decidirse en una tanda de penales donde los errores de Uribe y Bacca desde los doce pasos terminaron por condenar a Colombia.
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