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Autor: Alvaro Poblete I.
Mie 27 Jun 2018 | 03:55 pm
El Scratch dio cuenta de Serbia por 2-0 y se instaló en los octavos del final de la Copa del Mundo. Después del segundo gol, jugó casi con displicencia.
Trámite cumplido. Aunque costó en los primeros dos partidos, Brasil acabó metiéndose en los octavos de final con holgura, gracias a su triunfo por 2-0 sobre Serbia en la última fecha del Grupo E de Rusia 2018.
Un gol en cada tiempo. Eso fue lo que necesitó el pentacampeón del mundo para asegurar la clasificación. El tema no fue tan sencillo, sin embargo, puesto que Serbia, con opciones de avanzar, buscó sumarse a los grandes golpes del Mundial con una victoria en Moscú. La movilidad de Kostic y Tadic, más el ímpetu de Mitrovic hacían que el cuadro de Tite se esforzara más de lo esperado en defensa.
Alisson, el arquero de los brasileños, se alzó así como una de las buenas figuras del partido hasta que Paulinho abrió la cuenta a los 35 minutos, después de un pase milimétrico de Coutinho, quien hasta ahora ha sido el gran protagonista de la campaña del Scratch, incluso por sobre Neymar y sus aires de florero que muchas veces le traicionan.
El gol fue un golpe duro para los balcánicos. Les costó recuperarse, de hecho. Recién en el segundo tiempo, con un Brasil más cerca del segundo tanto, Serbia generó algo de peligro en el área rival. Las jugadas más peligrosas fueron dos cabezazos, de Milinkovic-Savic y Mitrovic. Poco, en todo caso, para amagar el desenlace.
Y si las cosas ya estaban claras con el 1-0, con la segunda conquista de Brasil el partido se transformó en un simple trámite. Thiago Silva, a los 68′, sentenció el compromiso con un cabezazo que se adelantó a toda la defensa europea.
Tres puntos en el bolsillo para cerrar el grupo con siete en total. Con esa seguridad, empezó el baile, por momentos irritante de Brasil. Toques con cierta displicencia, lujos, amagues y goles perdidos por hacer una demás, que impidieron un marcador más contundente en favor de los sudamericanos.
El Scratch está en octavos. Con sus defectos y, principalmente, con sus virtudes. Ahora le toca enfrentar a México, el lunes. Y ahí, por más favorito que sea, cualquier despiste puede ser fatal para el gran favorito de la Copa, después de la eliminación temprana de Alemania.
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