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La nadadora ganó medalla de plata en los 800 metros libre de Toronto y logró la clasificación a los Juegos Olímpicos. En una carrera intensa, la chilena pasó del séptimo al segundo lugar y amagó al oro, pero no alcanzó.
Diego Hermosilla, enviado especial a Toronto / 18/07/2015 - 23:20
Todo eso quedó en evidencia en la prueba de 800 metros de anoche, donde remataría segunda, con 8’29”79. Sin embargo, no estaba feliz Köbrich, pues quería el oro, aunque sabía también que había cumplido un objetivo tal vez tanto o más importante: la clasificación a los Juegos Olímpicos. La marca A solicitada por la FINA para ir a Río 2016 es de 8’33”97, por lo que Köbrich la superó por más de cuatro segundos.
En sus palabras, sin embargo, la insatisfacción se impuso. “Es que no gané”, explicó. “Veníamos por el oro. Traté de hacer lo mejor que pude, pero sé que una plata es mejor que un bronce. Estoy contenta por haber dado otra medalla a Chile y es una marca clasificatoria para los Juegos Olímpicos y eso me deja súper tranquila para poder trabajar”, declaró tras salir de la piscina.
La chilena pasó apenas séptima en la primera detención del reloj, reflejando su tiempo de presentación, precisamente, el séptimo mejor de las finalistas de los Panamericanos.
Pero comenzó a remontar: quinta, cuarta y, a los 250 metros de carrera, segunda. Ahí el público se volcó en su favor. Llevaban rato callados, porque la prueba de la chilena era la primera del programa nocturno, y aprovecharon de desahogarse en su favor, para que no ganara la estadounidense Sierra Schmidt y su país siguiera amagando a Canadá en el medallero general.
Las tribunas parecían venirse abajo con el repunte de Köbrich. A 2”36 en los 400 metros, a 1”77 en los 500; a 88 centésimas cuando faltaban sólo 100 metros, un ida y vuelta a la alberca. Pero ya era imposible. El centro de la carrera es el fuerte de la Alemana y así como poco podía hacer para partir arrasando, tampoco lo suyo es el remate y en las últimas brazadas aflojó para que la norteamericana se fuera a 2”25 de distancia, pero no lo suficiente para perder la medalla de plata.
“Sé que me tengo que cuidar, no me tengo que desesperar, sé que nadie tiene el mismo fondo que yo para mantener y por eso me contuve, me tranquilicé, dando el ciento por ciento”, dice.
La tercera, Andreina Pinto, arribó 1”19 detrás de la chilena. Atrás quedaba el favoritismo de la venezolana, quien venció a Kobrich en los dos últimos Odesur.
Y eso que la chilena venía golpeada. Literalmente, porque el sábado de la semana pasada, en los 10 kilómetros de aguas abiertas, recibió muchos manotazos y patadas. La recuperación física y también la sicológica no fue fácil, y tomó siete días. Incluso, se borró de los 400 metros, una prueba que nunca estuvo segura, pero que desechó para estar ciento por ciento concentrada en los 800. Todo resultó perfecto. “Es muy importante para mí haber cambiado de página en este mismo torneo”, aseguró la deportista.
La mejor nadadora chilena de la historia fue segunda en una de las pruebas más espectaculares del último tiempo. El marcador electrónico indicaba que Schmidt había anotado récord panamericano con sus 8’27”54, pero lo cierto es que las cuatro primeras fueron más veloces que ese histórico registro, que se mantenía desde Winnipeg 1999.
Ahora, Kristel Köbrich no para y se va al Mundial de Rusia, que parte el 24 de julio.
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