Con un 4-3 sobre Perú, en Lima, la Roja es uno de los líderes en las Eliminatorias para Rusia. Sánchez tuvo un partido brillante, con dos tantos, secundado por otros dos goles de Vargas. La expulsión de Cueva a los 23' fue clave para que Chile inicie con seis puntos este proceso.
Álvaro Poblete I. 14 de octubre del 2015 / 01:27 Hrs
Chile festeja el tercer gol de la jornada, obra de un magnífico Alexis Sánchez. Foto: REUTERS
Seis puntos en dos partidos. Marcha perfecta en este proceso clasificatorio y con Sánchez como el puntal, escoltado a poca distancia por otro monstruo del gol: Eduardo Vargas. Una dupla letal, de las mejores del mundo hoy, a nivel de selecciones. Contra ese poder demoledor, el conjunto del Rímac poco pudo hacer, aunque le queda el consuelo de que por algunos pasajes tuvo aturdido al campeón de América.
En su primera pelota dentro del área, Alexis definió sin titubeos ante el achique de Pedro Gallese. Recién corrían 7’ y el mérito de los locales fue recuperarse rápidamente, gracias a la aparición de Jefferson Farfán, quien logró el empate a los 10’ (flojísima reacción de Claudio Bravo) y después colocó el 2-1 mediante lanzamiento penal (36’).
Eran los peores momentos de la Roja, con un Jorge Valdivia intrascendente, lo que obligaba a largos desplazamientos de Arturo Vidal y Marcelo Díaz. Mucho espacio para cubrir en el medio, que los peruanos supieron aprovechar. Lo peor de todo es que los dueños de casa jugaban con un hombre menos, por culpa de una expulsión idiota de Christian Cueva a los 23’.
Este partido en Lima siempre es caliente. Por historia, por su condición de Clásico del Pacífico, por la odiosidad deportiva hacia los chilenos. Se necesita aplomo para recuperarse de dos golpes tan certeros y Chile derrochó esta virtud. Aplomo y también genialidad, la de Sánchez, que metió un pase indescifrable para Valdivia, iniciando la jugada que terminó en el empate de Vargas (41’). Las cosas en su lugar.
Era cuestión de tiempo para que la escuadra de Jorge Sampaoli tomara la delantera, pero nadie pensó que fuese tan apurado. El protagonista de la noche, Sánchez, recibió el pase de Díaz y de primera la colocó lejos del portero. Golazo, daga al corazón de los incaicos, antes del descanso.
Con uno menos en el terreno, la parcialidad del Nacional abrigaba la lógica ilusión del fanático. El 7 de Chile, sin embargo, las mató todas con un carrerón de casi 50 metros y un pase perfecto para Vargas. La frialdad de su compañero lo congeló todo: con una pisada desparramó a Gallese y sentenció el 4-2.
A esa altura, la goleada estaba servida. El monarca continental, no obstante, se apiadó de los pupilos de Gareca. Es cierto que Edu tuvo el quinto, pero Chile bajó la velocidad. Sampaoli, de hecho, dio esta señal con sus cambios, pues mandó a la cancha a Francisco Silva y Felipe Gutiérrez, en reemplazo de Díaz y Vidal. A Perú sólo le quedaba su amor propio, ya que ni su público se quedó hasta el cierre. Se perdieron el descuento de un luchador Paolo Guerrero.
Señal de impotencia frente a un equipazo como Chile. El campeón de América, el reflejo perfecto de un trabajo. Y, además, con un Alexis Sánchez en sus filas. Un verdadero crack.
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