Eduardo Vargas y Alexis Sánchez anotaron en la justa victoria de la Selección en el Nacional. Por momentos, el equipo de Sampaoli se vio mal, pero al final celebra una victoria muy valiosa.
Álvaro Poblete I. 08 de octubre del 2015 / 22:45 Hrs
Eduardo Vargas corre a celebrar la apertura de la cuenta ante Brasil. Foto: Agencia Uno
No hay ninguna razón para no festejar. Porque anoche el campeón de América sumó otra virtud a su repertorio: la madurez. Esa capacidad que permite ganar sin apelación, pese a que no hubo brillo sobre la cancha. En palabras simples, un triunfo ejecutado por la contundencia de sus estrellas, pero pensado desde la banca por un entrenador que esperaba hace meses este duelo, desde ese travesaño maldito que dejó a Chile sin los cuartos de final de Brasil 2014.
Claro, en los primeros 45 minutos Chile se vio distinto. Incluso, Brasil se instaló en campo local y complicó la salida limpia de la Selección, elemento básico de su juego ofensivo. A esa altura, el público del nacional, igual de frío que el partido, agradecía la falta de magia en el pentacampeón del orbe, la falta de Neymar.
Llamativo, por ejemplo, que la primera mitad terminara con un 58% de posesión en favor del rival, algo inconcebible en el libro de Sampaoli. Por lo mismo, a 10 minutos del descanso, el casildense intentó darle una vuelta al partido y mandó a Mark González a la cancha. El cruzado (quien hasta última hora peleó un puesto de titular) se instaló como extremo izquierdo y con una orden muy simple, pero potente: darle vértigo a la banda y hacer trabajar a un Dani Alves muy tranquilo.
El zurdo entró clarito, porque en la primera fue al frente, la peleó dentro del área y se la entregó a Sánchez, cuyo disparo pegó en el poste. Fue lo más importante, casi lo único de Chile antes de ir a camarines.
La línea de tres en defensa cambió a cuatro, más dos volantes mixtos, un enganche (el opaco Valdivia) y tres delanteros le devolvieron a la Roja el protagonismo dentro del campo. Ayudó también que Dunga, quizás conforme con el empate, entregó el terreno y apostó, casi en exclusiva, al contragolpe. Por suerte, la mayoría de esos ataques terminó en los pies de Oscar, uno de los peores en el pasto ñuñoíno.
Isla estrelló el balón en el poste (55’), pero a la Roja le costaba entrar al área. Afectaba el cansancio evidente de Valdivia, quien estuvo lejos de ser ese jugador distinto que tanto encandila. Sampaoli, inteligente, también lo notó y ordenó otro cambio: Matías Fernández. El volante de Fiorentina se adueñó de inmediato de los tiros libres. El primero lo golpeó contra la barrera, pero el segundo fue un centro preciso que Vargas, el de siempre, el iluminado, mandó al fondo del arco. De libro la pelota detenida.
La apertura de la cuenta llegó a los 71’ y produjo un estallido en el Nacional. Aparecieron los “ole” (muy apresurados, por lo demás) y Brasil se vio obligado a cambiar su rol. Ahora los conformistas debían ir al ataque. El veterano Ricardo Oliveira, de 35 años, ingresó como salvación, pero no hizo mucho.
Alexis se enganchó un poco, para conducir la pelota, para desnivelar, y Fernández siguió dando claridad al juego. Pero claro, Sampaoli le tiene mucho respeto a Brasil y prefirió reforzar la defensa con Christian Vilches. La movida fue perfecta, puesto que sacó a Marcelo Díaz y ubicó a Gary Medel en su función original, al centro del campo, como un destructor.
Se ordenó Chile y confirmó su triunfo. No sólo con el juego, sino también con su mejor jugada del partido. Una pared larga entre Sánchez y Vidal, que el ariete del Arsenal terminó con el 2-0 final. Golazo y firma de un triunfo histórico, de esos a los que esta generación dorada ya acostumbró al mundo.
Revolución desde la banca
Felipe Hurtado 09 de octubre del 2015 / 00:25 Hrs
El gol de Vargas finalmente terminó justificando lo que se empezó a buscar con mayor ahínco a partir del cierre del primer tiempo, que con los ingresos de Mark y Fernández quedó patentado con un dominio que fue creciendo con el correr del reloj.
No hubo demasiado brillo, pero no se puede olvidar que al frente estaba Brasil, que aunque no pase por sus mejores días, impone respeto por su historia.
Sin embargo, los nacionales terminaron imponiéndose sin demasiado sufrimiento y con la justicia del que más buscó el partido, algo que el tanto de Alexis vino a coronar.
Más allá de ciertos errores en la salida, sobre todo en la mitad inicial, provocados por la presión alta del mediocampo verdeamarillo, Bravo no vivió zozobras. Hulk ratificó que hace tiempo Brasil vive una crisis de atacantes de peso y no generó peligro. Así, la verticalidad de Willian no encontró apoyo en sus compañeros, que quedaron cada vez con menos espacios desde que Chile pasó a línea de cuatro en el fondo, con Medel como general impávido.
Fue el inicio que el campeón de América necesitaba, para demostrar que el título tiene un dueño a la medida y que el objetivo de clasificar a un tercer Mundial consecutivo no es una quimera.
Falta mucho, es cierto. Pero ya se consiguieron tres puntos que no son muy habituales para ninguno, porque Brasil -por alicaída que sea esta versión- siempre es un candidato al que cuesta robarle una victoria. Haberlo hecho en la primera fecha, permite respirar un poco más tranquilo y viajar a la nunca sencilla Lima sin urgencias en el equipaje, lo que siempre se agradece.
El lamento de Dunga: "Chile fue más eficaz"
El entrenador del Scratch sostuvo que fue un partido parejo, pero destacó la cohesión de juego de la Roja.
Ignacio Martínez 08 de octubre del 2015 / 23:33 Hrs
Reuters
“El primer tiempo fue parejo y en el segundo Chile aprovechó sus chances, consiguió tener el balón. Nosotros también tuvimos las nuestras, pero ellos fueron más eficaces", comentó Dunga tras el partido.
Además, el entrenador del Scratch mencionó que la dificultad de enfrentar a Chile radica en la cohesión que tiene el equipo. "Ellos dominan un sistema porque vienen jugando varios años juntos. Es un equipo que todos conocemos, sus jugadores están en grandes clubes en Europa", fueron sus palabras.
Pese a la derrota, Dunga evaluó el encuentro como un partido equiparado y que el error de Brasil estuvo en la impresición en los últimos pases. Venezuela será el próximo rival de los pentacampeones por las clasificatorias (martes, 22:00 hrs).