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Si la metáfora fuera una maratón callejera, Beyoncé Knowles (29) calzaría el último peto disponible para largar la carrera. Cuando el pop planetario acumula varias temporadas dominado por estrellas femeninas, la estadounidense es la última en sumarse a una contienda que sólo durante este año tiene mostrándose los dientes a nombres tan distintos como Britney Spears, Adele, Lady Gaga y Jennifer Lopez. Todas quieren ser reinas y establecer sus principios en la cima de los medios y los rankings.
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Pero la voz de Crazy in love, aunque salte a la pista a última hora, tiene argumentos suficientes para picar desde atrás. 4, su nueva entrega, con fecha de salida para este martes 28 y que alude a su número de la fortuna (al menos nació un 4 de septiembre), asoma como uno de los lanzamientos más pomposos de 2011 y como el disco que pretende regresarla al trono del R&B y el pop de corte urbano en el que reinó desde su irrupción. Pero el camino previo no ha sido tan fácil como en años anteriores.
Para empezar, la artista mató a su padre y el asunto no es simbólico: en marzo despidió a su progenitor, Matthew Knowles, quien oficiaba como su mánager desde los inicios de su carrera y quien logró instalarla como figura absoluta de la música norteamericana tras su partida de Destiny's Child. Luego, fraguó un golpe a la cátedra que la devolvería a la primera plana, pero que finalmente devino en un fiasco: mientras la empresa Gate Five preparaba un videojuego que la tendría como protagonista y que incitaba a los jugadores a bailar como ella, Beyoncé exigió más dinero del acordado. La firma lo rechazó y la cantante rompió el trato, provocando la sepultura del proyecto y la quiebra de Gate Five.
Tras el bochorno, el 21 de abril lanzó el primer sencillo de 4, Run the world (girls), el que decepcionó a la crítica y no entusiasmó a sus fans, debido a su ritmo marcial, monocorde, de escasos matices, y que sampleaba el tema Pon De Floor, del proyecto electrónico Major Lazer. Otro batatazo con repercusión fallida. Curiosamente, casi como reconociendo el paso en falso, Run the... figura como el último track del trabajo.
Por esos mismos días, distintos medios especulaban con un escenario que parecía insólito: Columbia Records, la discográfica de la estrella, estaba preocupada por la falta de singles e himnos masivos de la nueva producción, en una disyuntiva casi impensada para un crédito que acumula 16 premios Grammy. Incluso, la empresa le sugirió regrabar algunos temas, pero ella se negó.
No fue la primera vez que Columbia intentó tal maniobra. Cuando a principios de junio el álbum se filtró en la web, le pidieron que rehiciera sus composiciones y que su lanzamiento se postergara para octubre. Su esposo, el rapero multiventas Jay-Z, estaba de acuerdo. Pero Beyoncé tuvo la misma respuesta: no estaba dispuesta a echar pie atrás y la fecha de salida del título se mantuvo intacta. Para moderar los nervios, se lanzó el segundo single, Best thing I never had, una balada de corte más tradicional que abre con un piano y donde su voz brilla emocional e imponente. La crítica y los fans nuevamente estaban de su lado.
El panorama se torcía a su favor y las expectativas mejoraron. Según ha destacado la prensa que ha tenido acceso a sus 12 canciones, 4 es un disco menos urgente, preocupado del detalle y los arreglos más que del próximo suceso radial, con evidente tributo al R&B de vieja escuela y a los juegos vocales de antaño, aunque sin perder los decorados sintéticos propios de una megaproducción.
En la tarea fue secundada por el rapero Frank Ocean (I miss you), el cantante The Dream (1+1) y las superestrellas Kanye West y André 3000 (Outkast), quienes participan en Party. Como otro guiño revisionista, la cantautora norteamericana cede I was here. Un elenco de primera para una artista que no tiene otra ambición que devorarse el planeta. Habrá que ver si esta vez resulta.
Los datos
En Glastonbury
Beyoncé cierra hoy el festival, uno de los más importantes de Inglaterra y el mundo. Según dijo su organizador, Chris Martin, de Coldplay, convenció a la cantante para que participara.
Videoclip
La diva, que actuó en 2010 en Chile, estrenó el clip de su primer single en el programa American Idol. Lo dirigió Francis Lawrence, el mismo tras Bad romance, de Lady Gaga
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